“EL OCIO NO ES BUENO PARA LA GENTE GRANDE”
By Caseros y su Gente

“EL OCIO NO ES BUENO PARA LA GENTE GRANDE”

Lo dice Tito Salerno desde su casi dos metros de estatura y 83 febreros. El grandote de la calle Mitre y Frugone es músico de alma. Sin estudio alguno, de oído nomás, se atreve con la guitarra y a componer milongas, tangos, valses, tampoco le escapa al folklore. De mozo fue centrojás en Juventud Unida de San Miguel. Guidi le decían porque su estampa calcaba a la del legendario número cinco que en Lanús la gastaba junto a Nazionale y Daponte. Pero la música pudo más y el Guidi caserino dejó la redonda para dedicarse a las melodías. Cuando en los pagos del norte la rompía Elvis y por acá sonaban Rocky Pontoni y Horacio Ascheri, Tito creo un conjunto que usaba camperas rojas y se atrevía en los clubes de barrio con temas como La Novia o Café a la italiana. Pero una noche de milonga, el muchacho de campera roja conoció una muchacha que lo bajó del escenario y, previo noviazgo de martes y jueves, se lo llevó para el lado de la iglesia. Se llamaba Catalina Dani, era pianista, y «estuvimos casados hasta que falleció, hace unos años», recuerda Tito. Aclara también que los deberes maritales no suelen congeniar con las inquietudes artísticas porque hay que pagar el ABL, la luz, el gas y cuestiones afines. Tampoco las serenatas sirven para satisfacer a la libreta del almacenero o a la cajera del supermercado.

Tito fue peluquero, carpintero y se jubiló como empleado de maestranza en la Casa de Gobierno. Pero la música jamás dejó de rebotarle en el alma. Y mientras viajaba en colectivo, tomaba mate o estaba trabajando, un duende le soplaba una melodía que Tito tarareaba hasta que «lograba marcarla como podía y, como no sé escribir música, luego se la daba a un compositor para que la transcribiera a una partitura». El susodicho duende no se acogió a los beneficios de la clase pasiva y continua siendo su amigo. Un amplísimo repertorio es hijo de esta dupla: Yo te canto Buenos Aires, Mi barrio de ayer, Viejo y querido Paramount, Romance entre noche y tango, Milonga para don Hugo, Como dos extraños, Sublime mamá… son algunos de los temas que, incluso, varios fueron grabados por destacados intérpretes como Guillermo Galvé, Carlos Rossi, Virginia Verónica, etc

El andar del grandote desmiente su edad. Lo atribuye a la genética y a que cada mañana corre unas cuantas vueltas alrededor de la mesa del comedor. También a que nunca deja de tener proyectos avalando lo que dice el título de la presente nota. Es calvo absoluto y luce barba cuidada. Es afable, cálido, pero también reconoce que supo ser leche hervida. Es hijo de tanos laburadores, de ésos que se rompían el alma para progresar y tener la casa propia. Su padre tuvo una peluquería sobre la calle Devoto (actual Marco Polo), entre Murias y Lisandro Medina. «Cuando mi viejo se enfermó, yo lo reemplacé provisoriamente», rememora Tito con el tono de quien está pidiendo perdón por alguna oreja que quedó magullada. Reafirma que de sus padres – Francisco Pablo y Josefa Fonte – lo que más aprendió es el ser una persona íntegra y de palabra… «soy de los que quienes creen que la palabra es más importante que cualquier documento».
Es fana de El Ciclón, se llama Francisco pero le gusta que le digan Tito y, como acabamos de contarles, amigos vecinos, lleva la música recorriéndole las venas.

TITO Y MARIO ALONSO
Hace un tiempo, Tito conoció a Mario Alonso, autor del libro Gotangomías y muy aficionado al tango, tanto como difusor y organizador de eventos; fue incluso, coordinador de espectáculos tangueros en el Paramount caserino. «Le debo mucho a Mario porque me brindó muchas oportunidades», reconoce Tito; quien incluso es columnista del programa Variete Radio (jueves, de 17 a 19, por Unión de Radios Solidarias FM 88.9), que conduce Alonso. La dupla creó el siguiente tango que homenajea a nuestro barrio:

«SIEMPRE VUELVO A CASEROS»
Más allá del cemento
que camufla tus calles
sos la misma Caseros,
que me viera crecer
me lo dice tu gentede mirada sincera

me lo dice el recuerdo

de los que ya no están.

Siempre vuelvo a Caseros
a buscar los amigos
a encontrarme conmigo

y una forma de ser,
orgullo de haber vivido
en este lugar del mundo,

quiero volver a nacer
Con tu alma, Caseros,
para mí eras grandiosa
el colegio, el potrero
y la barra también,
cuando estaba muy lejos
parecías pequeña
hoy de nuevo soy chico
y vos grande otra vez.
(Música: Tito Salerno – Letra: Mario Alonso)

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