Juan José Mai (artísticamente: “May” o “Juanjo para los amigos”, como le gustaba decir) había nacido en Rojas, provincia de Buenos Aires, donde residió junto a sus padres, Isidoro Mai y Alicia Molina, y sus cuatro hermanos. Probablemente tentado por las luces porteñas, se alejó de su pago natal y se arrimó lo más posible: se afincó en Caseros, en la casa de unos parientes, ubicada en la calle 3 de Febrero, entre Merlo y Cafferata.
El rojense tenía pinta y, sobre todo, fue dueño de una voz serena, melodiosa, cautivante. Pronto lo captó el mundo de radioteatro donde tuvo como compañeros de andanzas sonoras a Félix Muttarelli, María Esther Gamas, Beatriz Taibo, Juan José Miguez…
Las vueltas de la vida lo pusieron al frente de un programa musical que haría furor: “La discoteca de Juan José”. Era el tiempo de la Nueva Ola. El programa atravesaría los años ’60 acompañado por los admiradores de Palito, Leo Dan, Sandro, Juan Ramón y afines. Juanjo – quien trabajó en radios como Antártida, Spléndid, El Mundo, Belgrano Porteña y Rivadavia – competía con populares profesionales como Antonio Barros (el Papá Ventanero), Jorge Beiliard y el también caserino Héctor Primavera (creador de Arco Iris Musical). Por entonces, despuntaban dos muchachos: Héctor Larrea y Juan Alberto Badía.
Aprovechando su éxito radial – con los años, sumaría Tiempo para Compartir y Rebobinando – Juanjo animaba los legendarios bailes en los Los Indios de Moreno y en Vélez Sarsfield donde multitudes de jóvenes se encontraban cada sábado por la noche para bailar con los artistas en vivo. También incursionó en la televisión donde durante cuatro años tuvo un micro en el programa “Buenas tardes, mucho gusto”.
Llegó un tiempo en que sus convocantes transmisiones empalidecieron ante la irrupción de una nueva generación de conductores radiales y, también, afectadas por sus continuos problemas de salud. Su alejamiento de la primera línea de las emisoras de alcance nacional no apagaron sus ganas de constituirse ante los micrófonos y fue presencia constante en las radios comunitarias donde su voz particular era inmediatamente reconocida.
Era jovencito cuando conoció a Esther Rinaldelli, una chica de 3 de Febrero y Cafferata. Fueron ocho años de novios y 45 de matrimonio. Tuvieron cuatro hijos – Sergio, Juan José, Alejandro y Verónica – y ocho nietos. Los Mai residían en la calle Pringles, entre Moreno y Belgrano.
Juanjo falleció en la madrugada del jueves 10 de noviembre de 2005. Tenía 70 años.