A Lorenzín lo conocí, allá en los años 20 ,porque traía la leche a casa; venía en la jardinera tradicional que usaban los lecheros: en los costados se colocaban los tarros grandes, y adelante, al lado del pescante, los tarros chicos. Se podía ascender por atrás. Se llamaba Adolfo pero le decíamos “Lungo” porque era alto, robusto…

De tanto venir por casa se enamoró de mi hermana Ángela, con quien se casó y tuvo cinco hijos: Luis, Ángela, Juan, Rodolfo y Norma. Fue muy trabajador; todas las madrugadas iba a esperar el tren lechero a la estación, llevaba los tarros a su domicilio – en la calle Frugone, entre Mitre y La Merced- y separaba la crema para hacer la manteca.
Más adelante, los tambos mandaban los tarros en camiones que descargaban frente a la casa de Lorenzín; allí se reunía la mayoría de los lecheros caserinos: Valverdi, Bernardú, Martín, Grau, Iriarte, lastarán, Martínez, Razeto, Vexina,Camarata, Cartabia… Lorenzín tenía dos repartos: el de Caseros y otro en Santos Lugares.

Él empezaba el recorrido muy temprano, casi siempre andaba vestido con camisa y pantalón bombachudo gris, faja negra, boina y calzaba alpargatas o botas. Tenía un tarro especial reservado para las familias donde había bebes. A media mañana, luego de finalizar el reparto, se iba hasta la carnicería de Dante (3 de Febrero, entre Moreno y Belgrano) y se traía una tira de asado que ponía a la parrilla y acompañaba con el vino casero que elaborábamos todos los años. A la noche, tomaba sopa con panceta picada… el hombre era de buen comer. Una de sus costumbres era tomarse una grapita en el almacén El Cañón, de La Merced y David Magdalena.

Siempre tenía tres caballos: dos trabajando en el reparto y uno, en descanso. Él los compraba y se encargaba de amansarlos, de quitarles las mañas…los animales conocían el recorrido de memoria. Tuvo muchos amigos; entre ellos: Pascualín, Piccardo, Scarpún, Cervetto, Bergani, Fiandra, Agusti… también fue muy amigo del doctor De Tata.

Cada tanto, le gustaba jugar a las bochas en la cancha que había en el almacén y despacho de bebidas “El Pineral”, que estaba en Mitre y 3 de Febrero. En las reuniones familiares , o con los amigos, le gustaba tocar la guitarra y cantar canzzonetas como “La Romanina”, “El Cirio Parteba”, “La Violeta”, “El Masolín di Fiori”…

Fue muy generoso y servicial, muy solidario, ayudó a más de uno; siempre favoreció a los necesitados… de su casa se podía decir que era la casa del pueblo. Mantuvo el reparto durante 49 años; de pibe, fue peoncito del Vasco Galilea, quien vivía en Moreno y 3 de Febrero.  Lorenzín falleció el 16 de octubre del ’66, víctima de una penosa enfermedad .Tenía 66 años y trabajó hasta un mes antes de morir.  Fue un personaje muy querido de Caseros.

JOSÉ BUFFONI

Esta nota fue publicada en Caseros y su Gente, en 1991