«La vuelta del perro»
By Caseros y su Gente

«La vuelta del perro»

En cada esquina de Caseros hay un recuerdo. En cada calle, una evocación que nos transporta al pasado ¿Se acuerdan de la calle 3 de Febrero antigua? Era la calle de «la vuelta del perro». Nadie faltaba a esa cita impostergable. A la media tarde de todos los sábados, sus veredas de ambas manos se llenaban de caminantes jóvenes de ambos sexos quienes con sus mejores galas, salían a lucir su pinta, su «arrastre».

Me pregunté muchas veces cuántas parejas se habrán formalizado por el embrujo de aquel paseo y las miradas furtivas que significativamente se lanzaban aquéllos que se cruzaban entre tantas idas y vueltas… Rememoro el encanto de esas miradas plenas en ese continuo caminar desde Rivadavia (actual Valentín Gómez) a Mitre… durante el tiempo que duraba el paseo que se prolongaba hasta entrada la noche.

Ingenuas pinceladas pueblerinas no exentas de bromas – promovidas generalmente por algún pícaro integrante de los grupos paseanderos – para festejar «la pisada del palito» de quien había caído en las sutiles redes de los romances de vereda a vereda.
Por lo general, el paseo era acompañado por la música y las notas de los Pizzarello (Johnny y Pepe) transmitidas esforzadamente desde el balcón de una vieja casona ubicada frente a la vieja escuela N° 8 (Belgrano y 3 de Febrero).

Fueron horas, momentos felices que esperábamos ansiosos para repetirlos como un rito, cada sábado de cada semana… Doy por seguro que muchos de ustedes, esforzados seguidores de estas páginas, se identificarán con aquellos jóvenes bulliciosos pero formales que hoy probablemente estén rodeados por el cariño de hijos y nietos. Y doy por seguro que esbozarán una melancólica sonrisa cuando deban responder a la pregunta: «Mamá, papá… abuelitos… ¿Cómo se conocieron?».

Pedro Malvido Giménez

 

Años ´40. Calle 3 de Febrero, entre Urquiza y Valentín Gómez. Se observan la pizzería/fiambrería Ottonelli, el cine Paramount, la farmacia Cafarello, la calle adoquinada, los árboles podados, la vieja luminaria, el colectivo de la línea 4… el Caseros barrial que empezaba a desperezarse.

 

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