Los nombres que nadie se animó a denunciar…

Bueno, tampoco nosotros nos animamos. A cambio, le contamos la historia de la pelota que tanta felicidad le dio a nuestra infancia.

Fue en 1936 que Gerildo Lanfranconi creó la célebre pelota rayada de goma. Como ex operario de Pirelli, tenía conocimiento de la pelota que fabricaba esta empresa y tenía los moldes necesarios.

Gerildo ideó un sistema que le permitió inyectar goma de color rojo sobre la goma blanca, lo que determina el rayado que se hizo tradicional. Tiempo después, al rojo tradicional se le agregó el azul.

Su hijo Juan Carlos agregó un secreto sobre la entrañable pelota: “Lo que hizo mi padre fue agregarle a esa trafila color rojo líneas blancas; en eso consistía la patente. Lo importante fue que todo era goma. La pelota se podía pinchar, desgastar, pero la línea blanca nunca se borraba”.

Gerildo patentó ese invento y por 25 años nadie, salvo él, pudo fabricarla. El nombre Pulpo se originó en el apodo con que se conocía a su creador, por la fortaleza de sus brazos.

“Él era de contextura muy fuerte, le puedo asegurar que si le daba la mano”, comentó su hijo.
“El impacto fue total: los chicos se vieron de repente con una pelota rayada que tenía otros colores, otra vivacidad, y gustó de entrada. Entró por los ojos. Durante mis últimos años en la fábrica se seguían pidiendo las pelotas Pulpo. Nosotros llegamos a tener representación en todo el país. Se vendía en todos lados”, agregó.

Y de este modo la historia de la pelota Pulpo, entró a formar parte de la infancia de millones de chicos.

FUENTE: teacordas.altervista.org