Fue instalada – entre 1904 y 1905 – por don Pascual Bertol, vecino de Pilar. Se llamaba “La Ítalo” (con el tiempo, “La Ítalo Argentina”) y estaba ubicada en la calle Sarmiento, entre Moreno y Belgrano. Hasta entonces, los pobladores recibían el pan gracias a repartidores que llegaban a estos pagos, con sus jardineras, desde localidades vecinas.

“Algunos quinteros se surtían en el Mercado de Abasto desde donde, una vez por semana, traían una bolsa de galleta marinera para el consumo de la peonada”, escribió Máximo Censori, conocido cronista local. Por supuesto, la mayoría de los vecinos de la época, se las arreglaban para elaborar el pan de forma casera.

Con el tiempo, la fachada y los propietarios de La Ítalo fueron cambiando. En la foto inferior, se observa el último frente que tuvo La Ítalo antes de ser demolida; también se observa el tradicional bicicletero y seguramente se recuerda la caramelera tan típica que tenía la panadería.