“Yo llegué de Italia en el ’25, con mi familia…vivimos en Fischetti y Medina, pleno Barrio Chino… pensar que se decía que era un barrio bravo… por favor, nada que ver si se compara con lo que estamos viviendo en la actualidad… ‘ , nos dijo hace un para de años, Andrés Fedeli.

Estábamos en el comedor de su casa de Valentín Gómez y avenida San Martín. El hombre recordó su tiempo escolar en la escuela 83 “cuando funcionaba en una casa vieja en la esquina de Valentín Gómez y David Magdalena, donde hoy está el edificio… ahí tuve a una gran maestra Elisa Ross”.

FLOR DE JULEPE

También fue alumno de las Escuelas Morris, en Palermo. “Tengo una anécdota del año ’76 ó ’77, del tiempo de los militares. Yo estaba leyendo el diario, parado en la vereda, en avenida San Martín, cuando cruzaron la barrera seis camiones llenos de soldados… recuerde que en esos tiempos hubo desaparecidos. De repente, los camiones frenaron bruscamente y un militar lleno de jinetas, que vino directamente hasta mí, me preguntó: ¿¡Andrés Fedeli!?… del chucho, casi me desmayo; cuando lo miré bien, le pregunté: ¿Carreras?’… sí, era Carreras, un compañero de la Morris que me había reconocido a pesar de los años transcurridos. Nos terminamos abrazando… los soldados no entendían nada”.

MONTANARI

En la década del ’30, Fedeli y su hermano Menardo fueron empleados por su tío – Ernesto Montanari – que tenía un corralón en Valentín Gómez y San Martín.
“Enfrente estaba el almacén de los Cavassa (1). Era un almacén que tenía de todo, allí se instaló el primer surtidor de nafta que tuvo Caseros; a media cuadra estaba la pulpería de Cavassa (2) con un palenque para sujetar a los caballos”.

En aquellos años, la casa propia era el sueño de los caserinos. El corralón de don Montanari abastecía chapas, arena, cal, cemento, madera, ladrillos…

“Montanari compraba las cajas de madera donde venían embalados los autos; con esa madera, que se vendía en el negocio, los vecinos se hacían el rancho. Avenida San Martín era de tierra, con zanjones … con Alberto y Santiago Borroni, mis amigos, íbamos a matar sapos… había tanto barro en Caseros que para llevar un pedido a Palomar se tardaba medio día. Teníamos que encadenar las ruedas del camión”.

Andrés Fedeli se enamoró de Élida, su prima , la hija de Ernesto Montanari. Se casaron en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced. El matrimonio tuvo un hijo, Rodolfo.

FEDELI HNOS.

Cuando Montanari finalizó su trayectoria comercial, Andrés – junto a su hermano Menardo (foto) – se hizo cargo de la empresa a la que trasladaron enfrente, bajo el nombre de Fedeli Hnos. y, con esfuerzo, la hicieron pujante, importante, reconocida. 

“Tuvimos una gran clientela… aquí nomás paraba el Tren Obrero que traía a los trabajadores de los Talleres Alianza. Ellos venían al negocio, elegían lo que necesitaban y lo iban pagando como podían; eran muy cumplidores, fueron pocos los clavos”.

Menardo y Sabino , los hermanos de Andrés, fallecieron tempranamente “por culpa del maldito cigarrillo… y eso que yo les decía que lo dejaran pero no había nada que hacer, el vicio fue más fuerte que ellos… ellos fumaban lo que yo no fumé jamás. A mí me gustaba la vida sana, soy socio vitalicio del SITAS. Me gustaba ir a pescar. Cada primero de mayo, íbamos a cazar a Franklin con los muchachos: los hermanos Borroni, Amador Otero, Vega… era una linda época”.

“A mí, por el negocio, me conoce todo el mundo , salgo a la calle y escucho: ´¡Hola, Fedeli! ¡Cómo te va, Fedeli! ¡Chau, Fedeli!… Aunque claro, cada vez son menos , algunos ya se fueron…”.

(1) En el mismo espacio que más adelante ocupó la pizzería Rigoletto y actualmente, es ocupado por un edificio.
(2) Hoy, predio donde se levanta un supermercado.