Hoy – 25 de julio – se cumple el 30° aniversario del fallecimiento de la querida artista plástica que residía en un chalet con muchas plantas que dejaba ver, a través de sus ventanas, la acumulación de obras pictóricas de su autoría. Pinturas visionarias, místicas, transportadoras a un universo mágicamente desconocido.

En cierta oportunidad, tuvimos la oportunidad de entrevistarla y nos precisó lo siguiente:

– La gente que ha visto mis cuadros, dice que tienen mucho de mitología. No soy la persona indicada para definir mis obras. Es el público quien lo debe establecer. No sé, tal vez yo pueda ver en mis pinturas una cosa y otras personas, algo distinto.

– Yo me paro frente al caballete y pinto, simplemente pinto, no tengo un boceto previo. Es algo que me viene no sé de dónde. Anteriormente, yo hacía obras con motivos abstractos, no figurativos. Sin embargo, ahora existen muchas figuras, caras y siluetas.

-Es posible que este cambio se haya originado en cierta evolución que abarcó no sólo la temática, sino, también, la técnica.

– Utilizo una técnica personal. Mi maestro Giacobbe fue quien me alentó a que puliera esta forma de pintar, que ha nacido en mí como jugando. Lo que sí puedo decir es que gracias a ella poseo un dominio del color y puedo darle a éste mucho más vida.

– Expuse en la Fundación del Banco Cooperativo de Caseros; varias veces mis obras pasaron por la Galería Nice; hice una exposición especial en 1979 como homenaje al Año Internacional del Niño, entre otras muchas.

Para mí, pintar es vivir, yo lo hago alegre. Pinto todas las tardes, para mí no es un sacrificio, es una suerte. Pinté más de 1000 obras.

-No tengo boceto previo para pintar, la inspiración llega a mí de algún lugar mágico. Tampoco podría por esto determinar el mensaje específico de mi obra. Pinto porque no podría vivir sin hacerlo, pero el mensaje está en cada persona que ve mis pinturas, y espero, que sea bueno.

PREMIOS RECIBIDOS Y MENCIONES IMPORTANTES

En 1972, el recordado padre Francia le ofreció la realización de un Cristo para su parroquia “Santa Teresita”. Se puede observar en esta iglesia un maravilloso Cristo de siete metros que ocupa el altar de la misma.
En 1976, Edith fue distinguida por la Secretaria de Comunicaciones, con la emisión filatélica de su óleo “Navidad Eterna”.
No solo los medios de comunicación locales se ocuparon de sus obras, sino también los internacionales (periodistas franceses la admiraron, en una exposición realizada en la Galeria Nice, en 1978) y, por supuesto, los medios de alcance nacional. Entre ellos, “La Nación” que en 1974, describió a sus pinturas como “piezas alucinantes en las que el mundo apenas asible descorre velos de pesadillas y de inquietantes honduras”.