Por entonces, en la década del ’30, a Lisandro de la Torre le decían Villarino.

En la imagen, observamos a los Brianti posando para la eternidad (ni por las tapas, imaginarían en ese instante, vecino,  que usted los estaría mirando, casi un siglo después, en la pantalla de un sofisticado aparatito llamado celular).

El tano don Silvio fue un visionario e instaló la primera estación de servicio Shell en el tramo que unía la Capital con Pilar. El hombre la atendía día y noche; dormía sentado junto a la ventana. Además, le anexó un taller de chapa y pintura y una agencia de autos.

Con el tiempo, instaló otra estación de servicio, cerca de San Miguel, a la que llamó Santa Rosa, en honor de su esposa (aprendan algunos; ya saben a quiénes me refiero).

También fue dueño de la primera línea local de colectivos que circuló por Caseros: la N° 10… hasta que apareció la 141 y nuestro vecino se fundió.

En esa misma esquina, en 1971, inauguró la pequeña (en la foto) María, la muy conocida Farmacia Brianti. Pero ésta es otra historia (ver: http://caserosysugente.com.ar/…/maria-brianti-la-farmaceutica-de-lisandro-de-la-torre-y-mitre/)