Partió en 2019, a sus 44 años, tras luchar contra una grave enfermedad. Ejercía el cargo de presidente del Consejo Escolar de Tres de Febrero.

Fue el viernes 29 de noviembre, justamente el Día del Consejero Escolar.

Eduardo consagró su vida a la actuación y, con el correr del tiempo, incursionó en política y en la educación pública.

Había conformado un grupo de ex directivos docentes, quienes tras su deceso, manifestaron su pesar y reconocimiento por su desempeño tanto al frente del Consejo Escolar como en los escenarios teatrales. Este grupo, señaló lo siguiente:

  • “Cuesta expresar y sumar toda una vida, en pocos renglones, y la de un ser como Edu, que no daba respiro a la acción. Fue un pibe de barrio. Tomaba mate en casa, chusmeaba con mis hijos y tomaba sol en la terraza con ellos. Una adolescencia de rosas, con espinas. Un ideal político depositado en Alfonsín. Eduardo entendió bien la finalidad de la política y la usó con responsabilidad y por el bien de todos. Extremadamente solidario y buen amigo. Artista. Le gustaba actuar y lo hacía bien… algunas compartimos sus dos pasiones: la escuela y el teatro. Broncas y alegrías. ¡Tantos y tan lindos recuerdos!”.
  • “Siempre con optimismo, pensando en los niños, nuestro futuro. Muy respetuoso de todas las ideologías políticas, porque su objetivo era sumar; tomaba lo mejor de cada persona. Edu tenía algo muy especial: si quería a alguien, era porque esa persona era única, no importaba el lugar social que tuviera. Era el fiel reflejo de sus convicciones privadas, en las públicas. Brillante, solidario, honesto, enérgico, a esos ojos transparentes, sumaba una aguda mirada. Luchaba por sus ideales sociales y así agrupaba gente valiosa a su alrededor. No tenía en su entorno, traidores, ni genuflexos, sólo gente que adhería a su alegría, a sus valores, a su capacidad de amar. Era osado, valiente, jamás se ocultó de las miradas oblicuas. Eduardo estaba comprometido con la vida, con la condición humana más elevada”.
  • “Imposible callarlo. Imposible obligarlo a descansar. El escudo forjado de convicción, solidaridad, justicia, amor por la escuela pública, de valentía, sólo lo pudo silenciar la muerte. Eduardo ¿Quién no te llora? ¿Quién no siente un vacío en este día? Ni siquiera tus adversarios políticos dejaron de respetarte. Te jugaste por Tres de Febrero. Resististe embates muy fuertes. Luchaste por el éxito de Diego Valenzuela pero, más allá de las elecciones, más cerca de las escuelas, son ellas las que te pierden, las que están en un intensísimo duelo, al faltarles un aliado como vos, desde el Consejo Escolar. Nunca, nunca hubo descanso. Queda un vacío muy grande, que sólo dejan los grandes”.
  • “Dejás desconsolado a Sergio, a tu familia, a la gente magnífica que te ayudó en el día a día, y a los que te acompañamos y compartimos tu pasión por el otro, a los que no te conocen, pero van a escuelas y comedores mejores”.
  • “¡Qué ser irremplazable! La Escuela Pública quedó casi huérfana. Nos dejas desolados, escudo de Tres de Febrero. Donde quiera que estés, esperamos que hayas encontrado el descanso y la paz. Y seguí ofreciendo desde alto, Ser de Luz, un buen mate, para comenzar el día. Te abrazamos, donde quiera que estés, con el alma apenadísima, como tantos, tantos”.