MARÍA MARGARITA SUÁREZ: SUS OJOS FUERON TESTIGOS DE UNA PARTE ENTRAÑABLE DE LA HISTORIA CASERINA
By Caseros y su Gente

MARÍA MARGARITA SUÁREZ: SUS OJOS FUERON TESTIGOS DE UNA PARTE ENTRAÑABLE DE LA HISTORIA CASERINA

Residía en avenida San Martín, entre Valentín Gómez y Urquiza. Fue la fundadora de El Edén del Bebé, tradicional comercio de nuestro barrio. Nació en San Luis pero todavía usaba chupete cuando ya estaba gateando por estas latitudes. Hace un par de años, la entrevistamos en el jardín de su casa y nos contó lo siguiente sobre nuestro barrio:

LOS CAVASSA

Llegué a Caseros cuando tenía dos años; todo esto era campo y más campo. Aquí enfrente, al lado del ex cine Urquiza, vivían Juan, Martín y Pablo Cavassa, quienes tenían una pulpería como esas que se ven en las revistas viejas: tenía palenque para los caballos y una especie de ventana con barrotes por donde servían las bebidas. Más adelante, los Cavassa abrieron un almacén donde está ahora la pizzería Rigoletto: el almacén era un local grande donde vendían desde azúcar suelta hasta pantallas de palma para apantallar las cocinas a leña. También deberían servir bebidas porque sobre el mostrador había uno de esos picos vertedores para lavar copas.

GUARDABARRERAS

Cerca del almacén, estaba la casilla donde vivía el matrimonio Yormeti, los guardabarreras. Subían y bajaban, a mano, las barreras; todos los días, de día y de noche, tenían que estar atentos al paso del tren.

MI PAPÁ Y LOS “LLAMADORES”

Mi papá, Ignacio Suarez, era maquinista del ferrocarril Pacífico. Cada mañana, a eso de las cuatro, la empresa mandaba un «llamador» a despertarlo; éste le pasaba a mi papá, a través de la ventana, una tarjeta para que la firmara y certificara que lo había despertado. El «llamador» iba con su farol recorriendo todo el pueblo para vigilar que la gente del ferrocarril no se quedara dormida.

LECHE AL PIE DE LA VACA

 A casa, venía Marisa con su vaca lechera; tomábamos la leche al pie de la vaca. Mi mamá quería que tomáramos la leche siempre de la misma vaca. Una vez, la cambiaron y cuando pregunté el motivo, me dijeron que estaba «preñada». Como seria de inocente que entré a casa, y le dije a mamá que a la vaca le habían dado un premio.

LA MAESTRA BALDINI – EL CLUB SOCIAL

Al lado de casa, vivía la maestra Baldini que enseñaba en forma particular. En Urquiza y San Martín, antes de que, se levantara el Banco Cooperativo, estaba el Club Social de Caseros; a través de las ventanas, espiábamos como bailaban.

EL PRIMER COLECTIVO Y ALGO MÁS

El primer colectivo que pasó por avenida San Martín era uno colorado, cuadrado, que cada dos o tres horas iba hasta el cementerio. Tenía sólo dos bancos largos, uno enfrente del otro.

De noche, todo era muy oscuro porque apenas si había alumbrado. Sólo se escuchaba el ruido de grillos, sapos y el del silbato del sereno que pasaba a caballo.

En la otra cuadra (San Martín, entre Urquiza y Belgrano) estaba la comisaría.

Av. SAN MARTÍN

Fue la primera calle importante de Caseros: por acá pasaban los sulkies, las volantas, las vacas… para Navidad pasaban con corderos y pavos. Era una calle llena de pozos y zanjones; en una oportunidad, luego de una lluvia fuerte. un caballo se enterró hasta la verija. Cuando la calle se adoquinó fue todo un acontecimiento.

LOS CAFFERATA

La manzana de enfrente (San Martín, Urquiza, David Magdalena y Valentín Gómez) era de los Cavassa, y la siguiente, de los Cafferata. Don Agustín Cafferata vendía verdura… recuerdo que una vez lo encontré envolviendo, con papel, cada una de las brevas para que no las picaran los pájaros.

LAS CHICAS, ADENTRO

Antes, a las chicas nos vigilaban mucho; cuando salíamos a la puerta, y un muchacho pasaba dos o tres veces, nos decían: «Adentro, que están provocando».

CORSOS MULTITUDINARIOS

En los corsos, sobre Urquiza, se ponían los palcos y se llenaba de gente. Desfilaban las carrozas y se tiraban serpentinas. Los muchachos y las chicas que se gustaban se intercambiaban flores y muñequitos.

LOS PRIMEROS MÉDICOS

El primer doctor fue De Tata. Antes, recibir a un doctor era como recibir al presidente. Se le reservaba la mejor toalla, un jabón nuevo y una palangana con agua. De Tata llegaba en sulky… era una persona impecable, muy blanca. Se enojaba mucho si un paciente de él, consultaba a otro médico. Pero era muy afectuoso, muy querido. Después, con el tiempo, llegó el doctor Rebizzo, y se repartieron los pacientes.

FUEGO EN EL CINE

Donde estuvo el Mercado Modelo (Urquiza, casi 3 de Febrero) había un cine que se incendió. Al lado, vivía la famila Epelde y, a raíz del fuego, los vecinos entraron a la casa para ayudarles a salvar las pertenencias. Fue peor, les hicieron todo tipo de destrozos. Al final el fuego ni siquiera les llegó porque lo apagaron con el agua del tanque de la estación.

PIZZERÍA SAN MIGUEL

Para el tiempo en que se inauguró el cine Urquiza, junto a mi esposo abrimos la pizzería «San Miguel”. Era tanta la gente que iba al cine que a veces venia la policía para despejar. Nosotros trabajábamos muchísimo; cuando salían del cine, los vecinos se peleaban por conseguir una mesa. Cuando se acababan las sillas, se sentaban en los cajones de cerveza. Nosotros, además, surtíamos de empanadas y alfajores a «El Pampa» (bar ubicado en Andrés Ferreyra y Valentín Gómez).

Se llamaba María Margarita Suárez y estaba casada con Blas Mercado, a quien conoció en una milonga de José C. Paz. El matrimonio tuvo dos hijos: Roberto y Marta.

Margarita falleció el sábado 12 de diciembre de 2010, a sus 97 años. Fue una conocida y querida de nuestro Caseros

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