FRANCISCO RAFAEL FERRE, UN VECINO RECORDADO CON AMOR
By Caseros y su Gente

FRANCISCO RAFAEL FERRE, UN VECINO RECORDADO CON AMOR

Hoy, 27 de diciembre, se cumple el 21° aniversario de su fallecimiento. En cierta oportunidad, sus sobrinos lo recordaron así:

“Era hijo de María Sánchez y Benito Ferre Milán viejos vecinos de Caseros; entre sus cinco hermanos, estaba Concepción ‘Tota’ Ferre. Tanto sus padres como su hermana eran peluqueros.

Francisco Rafael o el ‘Ñato’ como lo llamaban en el barrio, a fuerza de sacrificio personal y familiar se convirtió en profesional. Pero no sólo cumplía con éxito su profesión de ingeniero civil – construyendo casas y edificios importantes en el barrio que lo vio nacer sino que además, ejercía la docencia.

“Fue, durante muchos años, profesor de Matemática del instituto Nstra. Sra. de La Merced y seguramente muchos de sus ex alumnos lo recuerdan con ternura. Nosotros, sus sobrinos, queremos recordarlo como ser humano excepcional.

“Fue un hombre ético, de honradez a toda prueba, simple, tímido, muy inteligente y, también, muy reservado, casi imposibilitado de expresar sus sentimientos. Uno tenía que adivinar su ternura. Pero no era difícil para quienes lo conocíamos.

“Su mirada clara y frontal, su transparencia lo hacían previsible en su comportamiento. Fue una buena persona, un gran tipo, y a pesar de un accidente cerebrovascular que a sus 43 años lo imposibilitó gravemente, siguió viviendo como pudo, sufriendo, amando a sus seres queridos; sobre todo, a su hija Nora Lía, a su nieta, Paloma, que seguramente le añadió alegría a sus últimos años.

“Y también a nosotros que lo quisimos ver bien y tratamos de estar a su lado, sobre todo en las fiestas navideñas; por eso, lo recordamos.

“También lo recordamos con sus broncas cuando perdía al ajedrez; cuando River no salía campeón; cuando seguía al Jota Jota, en la vieja canchita. Y recordamos su celo cuando cuidaba su automóvil como si fuera una joya; cuando vigilaba sus obras y, sobre todo, recordamos cuando adivinábamos su ternura, respeto y amor por sus padres y sus hermanos.

“Pero queremos reservarnos, como herencia, su mirada, esa mirada de hombre bueno, ético, honrado, íntegro, esa mirada dulce y tierna que le descubrirnos cuando nació su hija y que también nos regaló a nosotros junto a su sonrisa franca.

“Estamos seguros de que en la Nochevieja estarías, querido Ñato, con Tota y Julito, junto a nosotros, con tu risa y tu bigote, brindando como siempre hacías, con bebida sin alcohol. ¡SALUD! querido Ñato y ya que estás entre los buenos y cerca del BUEN DIOS, pedile que nos dé una mano, que no nos abandone. Chau flaco, te recordamos con amor”.

Marta y Rubén Quijano, tus sobrinos del alma.

  • No Comments