Ubicado en De Tata y Cervantes y declarado “Notable” por nuestra Municipalidad – el emprendimiento nació como un local culinario al paso, en 1965, con el objetivo de tentar a los trabajadores de SOMECA, empresa que dio a luz al primer Fiat 600 que se fabricó en Argentina.

En este rincón caserino, “uno de los negocios que estaba era el almacén de Doña María y Don Francisco, quienes empezaron a vender sándwiches y bebidas. Con el paso de los años fundaron un bar al lado del almacén a cargo del sobrino de Francisco, Carlos Papaianni, y así nació lo que es hoy Copetín Fiat”, detalló Infobae, meses atrás.

Carlos contó con la ayuda de su hermano Antonio, quien quedó al mando hasta finales de los 70 junto a su mujer Beatriz. Hoy el emprendimiento distinguido por don Pietro Sorba es conducido  por su hijo Gregorio.

¿POR QUÉ SE LLAMA “COPETÍN FIAT”?

No hubo que pensarlo mucho: el nombre surgió por la fábrica que generó la oportunidad, aunque aclaró Gregorio, nada hay referido al automovilismo, sólo “la cercanía y darle de comer a obreros, empleados, directivos, proveedores y clientes de la automotriz es el nexo más fuerte con esa actividad que tiene el bar”.

Hoy, en el lugar que ocupó SOMECA, se levanta la firma Expoyer.

PERSONALIDADES

El copetín – además de ser frecuentado por los habituales parroquianos – en su más de más de medio siglo de trayectoria, recibió la visita de personalidades como Gastón Perkins, Cocho López, Gabriel Raies, Alfredo Graciani, María O’Donnell… y, por supuesto, don Pietro, quien es el que sabe sobre dónde comer bien.

El ex presidente Mauricio Macri, en su época en Sevel, “venía con su chofer, bajaban y se compraban un sándwich de milanesa, y seguían camino”, afirmó Gregorio. Y agregó que otro habitué era su hermano Mariano, quien “al terminar de comer levantaba los platos, sacaba la mesa a la vereda y se armaba su propia mesa. Recuerdo que lo criticaban porque venía a comer acá y estaba con los empleados, lo veían como un bicho raro”..