A lo largo de medio siglo, Vicente Triviño fue referencia ineludible de la legendaria pizzería Ottonelli. Descendiente de onas, aborígenes fueguinos, había nacido, en 1944, en Río Grande.

Era apenas jovencito cuando esquilando ovejas padeció una grave quemadura en sus brazos. Uno de sus hermanos lo acompañó hasta Buenos Aires, lo dejó en un hospital e inmediatamente regresó al sur. Vicente jamás volvió a verlo como a ninguno de sus familiares. Tampoco jamás volvió a su Tierra del Fuego natal.

Apenas recuperado de sus quemaduras, Triviño, con apenas diecisiete años, debió pelearle a la soledad, la falta de trabajo y de techo.

La vida lo trajo a Caseros donde fue empleado por don José Montesano – dueño, por entonces, de la legendaria pizzería de la calle 3 de Febrero – quien además de brindarle una ocupación, le consiguió un lugar para dormir.

Vicente fue lavaplatos y ayudante de mozo hasta que se hizo cargo del horno a leña. Infinitos bollos amasaron sus manos que también desparramaron toneladas de muzzarella.

Con el tiempo, se mudó a la parte superior de la pizzería que se transformó en su familia y su mundo. Casi nunca se lo vio fuera del negocio, su presencia era concreta y misteriosa a la vez. En sus francos, dejaba su departamento y se sentaba cerca del horno.

A fines de 2011, se jubiló. Cada día, comía en el negocio, conversaba un rato con los parroquianos y subía a su vivienda. El miércoles 18 de enero de 2012 no bajó. Tenía 67 años.

NdeR. A pocos días de su fallecimiento, recibimos esta carta:

“Ya no veremos su cara gordita, por la ventana del horno, saludando a los clientes con una sonrisa o apurando el pedido, aun sin ser formulado porque ya sabía el gusto de cada cliente. Hombre simple y bonachón, supo granjearse el cariño de los chicos y, también, de los grandes. Estaba desde chico en la pizzería, ésta era su hogar y su familia. Ya no recibiremos su palmada en el hombro para saludarnos, ésa era su forma de decirnos ‘aquí estoy’.

“Hoy, nuestras lágrimas son aplausos al modelo de trabajador incansable y responsable que hoy es tan difícil de encontrar.

“En este día, tu familia en el cariño te despide hasta siempre; en algún lugar en el camino te volveremos a encontrar”.