Fue ciclista de corazón. Abandonó los pedales en el ‘85, tras cumplir una destacada trayectoria deportiva pero, inmediatamente, se dedicó a organizar equipos de competición.

Fue el responsable del equipo que representó a nuestro distrito en las distintas pruebas que se organizaron tanto en nuestro país como en los limítrofes.

Hace un tiempo, lo entrevistamos y nos dijo lo siguiente:

-¿Cómo llegó al ciclismo?.
– Tenía trece años y trabajaba en una farmacia en Sáenz Peña. El dueño era Atilio Pavesi que me armó una bicicleta de media carrera y me entusiasmó en el deporte. Con el tiempo, supe que Atilio fue campeón olímpico… casi nadie lo sabía. Yo, de a poco, fui participando en las carreras organizadas en los barrios… fui progresando hasta que me apasioné y decidí dedicarme de lleno. Otra persona que me ayudó fue Bruno Civilloti, un destacado ciclista de Caseros que me regaló una bicicleta y me dio valiosos consejos.

– ¿Se podía vivir del ciclismo?.
– Modestamente. Aparte de correr, me dediqué a reparar bicicletas, vender repuestos…

– Hay carreras donde se compite en equipos…
– Especialmente cuando se corre en ruta que era el tipo de carrera que más me gustaba. Yo empecé corriendo para un equipo de Sáenz Peña que se armó con más ganas que medios. Después, me llamaron de un equipo importante donde corrían los hermanos Brepe hasta que integré el equipo Legnano que era como estar jugando en River o Boca. Ahí me cambió la vida porque salía a correr con todos los gastos pagos y con una excelente infraestructura de respaldo.

– ¿Sus características como corredor?.
– Yo era de los que comúnmente se llama peón; en un equipo hay peones, lanzadores, embaladores, rodadores, definidores… son ciclistas con distintas características… todos son necesarios para conformar un buen equipo. Generalmente, los más populares son los definidores porque son los que dan la puntada final. El corredor de calidad es el que sabe definir y después están los, como fue el caso mío, los fogoneros, los que apoyan a ese corredor de calidad.

– El equipo Legnano llegó a ser muy conocido…
– Era el equipo a batir, ganamos muchísimas carreras.

– Individualmente ¿Tuvo muchos triunfos?.
– No tuve muchos triunfos pero, sí, buenos triunfos… gané las 100 millas; La Vuelta a Santa Fe; gané en Entre Ríos, en Río Negro, en el Litoral santafesino, en varios circuitos; gané la última versión de la Hurlingham – Pergamino , donde participaron todos los capos de la época; gané distintas etapas de carreras importantes…

– ¿Alguna carrera que le haya quedado atragantada?.
– Estuve a punto de ganar la Doble Bragado.

– La carrera legendaria…
– Es la que tiene más mística, la que todo ciclista quiere correr… hay carreras más competitivas, donde se exige más al corredor… pero la Bragado es la Bragado.

– ¿Sufrió algún accidente de consideración en su trayectoria deportiva?.
– Tengo una parte de la cara reconstruida con cirugía plástica… además, todavía tengo dolores en la espalda por un accidente que sufrí en un circuito uruguayo.

– ¿Hay camaradería en el ciclismo?.
– Se va perdiendo… Cuando yo corría, al concluir una etapa se armaban unas mesas largas donde todos participaban, se generaban amistades… ahora, se nota que el corredor es más individualista.

-¿En que evolucionó el ciclismo?.
– Sobre todo, en velocidad. Hoy, el corredor está más preparado, es más fuerte. Por otro lado, las bicicletas son de carbono, mucho más livianas que las que usábamos nosotros… Actualmente, alcanzan los 60, 65 kilómetros por hora.

– ¿Cuánto cuesta una bicicleta de competición?. 
– Cinco, seis , siete mil euros…

– ¿Euros?.
– Sí , euros… a esa cantidad hay que sumarle los accesorios.

– Actualmente , usted dirige al equipo que representa a nuestro distrito…
– Desde el año ‘95. Es un equipo que, en los últimos tiempos, está cumpliendo muy buenas performances. En la última Doble Bragado metió cinco corredores en los primeros diez puestos. Por otro lado, entre otros triunfos, ganó la etapa que es considerada reina del ciclismo argentino: Mendoza-Las Cuevas; ganó también el Premio Clavero… el equipo anda muy bien.

– Imagino que además de armar el equipo, usted debe, durante una competencia, cumplir otras actividades.
– Hay que estar en la organización de todo, desde la preparación de las caramañolas hasta de los masajes, las reservas en los hoteles o la preparación de jugos, dulces, sueros… Hay que tener en cuenta que los ciclistas comen y beben mientras corren; entonces, se debe tener todo dispuesto. Siempre me acompaña un mecánico que se ocupa de las bicicletas.

– Usted fue el enlace para que la Doble Bragado se largue, desde hace años, en Caseros…
– Digamos que fui uno de los enlaces… los dirigentes del ciclismo se contactaron con Héctor Chaves y el intendente Curto para concretar la iniciativa que ya lleva ocho, nueve años… Que desde aquí se largue la Bragado es un orgullo para Caseros (*). 

Calulo Anacoreto nos confió que nunca supo porque lo apodaron así. Falleció en julio de 2015, a sus 73 años. Estaba casado con Ana María y tenía tres hijos: Ariel, Silvio y Leandro. Residía frente a las vías, en la calle Nicaragua, entre Pelagio B. Luna y Tornquist. En su homenaje, el velódromo levantado en el CEDEM N° 1, lleva su nombre.

(*) La Doble Bragado ya no se larga más desde nuestro barrio)