Sucedió en la Ruta Nº 5. Falleció una joven bailarina y hubo graves heridos; entre ellos, dos chicos.

Llenos de expectativas, en el mediodía del sábado 20 de enero de 2018, abordaron el minibús estacionado en el Playón Municipal.

Se trataba de los participantes que esa misma noche soñaban con ser elegidos para participar en el Festival Baradero 2018, de folklore.

La combi – conducida por Osvaldo Daniel Rodríguez  -se dirigió hacia Chivilcoy, localidad donde, en el Anfiteatro Municipal, se iba a concretar la ronda clasificatoria, denominada Pre Baradero. Tras detenerse brevemente en una estación de servicio, el transporte – donde viajaban 22 personas, incluyendo al chofer – retomó su marcha que hasta entonces se presentaba en absoluta normalidad.

“No íbamos rápido, a unos 70 kilómetros por hora”, declaró uno de los jóvenes que viajaba sentado en la penúltima fila, del lado izquierdo. Cuatro filas más adelante, del mismo lado, viajaban sus padres.

Repentinamente, se advirtió que el micro se deslizaba hacia el carril contrario y, apuntó el joven a distintos me-dios, “dos pasajeras comienzan a alarmar al chofer diciéndole ‘¡¿Qué está haciendo?!’”; aparentemente, sin encontrar respuesta.

En su tránsito ya irregular, el transporte habría rozado un cartel de señalización y, la hipótesis que prevalece, fue que en ese momento el conductor pegó un volantazo para retomar al carril correspondiente y, tras un zizagueo, Ia combi volcó sobre su lado derecho y se arrastró a lo largo de unos 200 metros, sobre el pavimento.

Quienes estaban sentados sobre ese lateral fueron los más damnificados; entre ellos se encontraba Yésica Romina Franco, una joven de 29 años, quien perdió su vida (ver aparte). A Yésica la acompañaban su hermana Deborah – que padeció graves heridas – su cuñado Matías y sus sobrinos, hijos del matrimonio: Mateo y Malena.

Mateo estuvo a punto de perder su brazo y afortunadamente pudo salvarlo gracias a una intervención quirúrgica; a Malena, debieron amputarle tres falanges. Ambos chicos fueron atendidos en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

También quedó herida Isabel NoyaJefa de Sedes y Elencos Municipales – quien fue derivada al Sanatorio Modelo de Caseros. El resto del pasaje fue atendido en distintos centros de salud.

El conductor – quien salió ileso – quedó alojado en la Seccional 12 de Chivilcoy.

Por la tragedia, nuestra Municipalidad decretó dos días de duelo.

La velada preclasificatoria fue suspendida por el dramático accidente y postergada para el sábado 3 de Febrero; en homenaje a la joven fallecida, fue denominada Yésica Franco.

 

YÉSICA ROMINA FRANCO 

Tenía 29 años. Soñaba desde niña con ser bailarina. Aunque era vecina de José C. Paz (circunstancialmente residió en Caseros, en Mitre y Andrés Ferreyra), fue una de las integrantes de la delegación de nuestro municipio que intentaba ser elegida para participar en el Festival de Baradero 2018, en la categoría Zamba Estilizada

Se había ganado el derecho a presentarse en la clasificación, a realizarse en Chivilcoy, tras haber sido seleccionada – junto a su compañero de danza, Franco Bocos – en la velada realizada en el cine teatro Paramount, el 10 de diciembre de 2017.

Es fácil imaginar que de haber quedado elegida, le habría generado gran satisfacción a Yésica; especialmente, porque el 2017 fue sumamente angustiante para ella: debió afrontar en tan sólo un año el fallecimiento de su padre, de su tíos, de uno de sus hermanos y de uno de sus sobrinos.

A pesar de tanto dolor, quienes la conocieron aseguran que se mostraba entera.

Su mensaje póstumo

A fines de diciembre de 2017, publicó en su cuenta de facebook: “Días en que muchos hacen balance de su año. Yo sólo trato de no pensar y disfrutar de lo poco que me va quedando, pero lo más valioso a la vez. A veces, evadir no soluciona las cosas, pero ayuda a no martirizarse. Días en que pensé mucho en papá, en mi hermano, en mi sobrino y ahora en el tío.

“Triste ver como en un año el corazón se estrujó tantas veces, una y otra vez sin descanso. Anoche me dormí pensando en eso y particularmente soñé con Christian que tenía a upa a Nehuén y a mi papá sentado con mi tío Josino, afuera de su casa, preparando un asadito; por un momento, fui parte de la escena y sentí que esos espacios vacíos se llenaron tanto que desbordaron de felicidad. Me desperté y sentí una extraña sensación, con sabor a esos abrazos de quienes ya no están. Pero no me sentí triste, simplemente con ganas de seguir valorando a mi familia como si fuera cada día, el ultimo día, de no perder ni un segundo, cada acción espontánea de mis sobrinos que crecen con mucha rapidez, y de no guardarme un ¡te quiero! o un abrazo, cada vez que siento la necesidad de hacerlo. POR ESO NO SE QUEDEN CON NADA, QUIERAN, ABRACEN, VALOREN, SEAN FELICES.

Sin duda fue uno de los peones años de mi vida, espero que el que viene llegue con sabor a felicidad, unión y prosperidad. Feliz año nuevo”.

Tres semanas más tarde, Yésica falleció cuando viajaba en busca de consagrar su vocación artística.