Suele ocurrir: tomar una decisión cambia para siempre nuestras vidas.

Un ejemplo: quien decide capacitarse en alguna profesión u oficio tiene mayores posibilidades de asegurarse un futuro mejor.

Son numerosos quienes – por motivos económicos o vocacionales – viven insatisfechos con su presente laboral. Insatisfacción que en forma muy especial se verifica en quienes deben apelar a ocupaciones casi marginales para generarse algún recurso económico.

Cuando vemos a un joven cartoneando u ofreciéndose a limpiar vidrios en las esquinas, imaginamos qué clase de futuro le espera y también nos preguntamos si un país como el nuestro puede darse el lujo de desperdiciar la potencialidad latente de su juventud.

Por otro lado, también se observa a quienes diariamente se dirigen agobiados a su empleo, probablemente mal remunerado y alejado de sus aspiraciones vocacionales.

También ellos, si lo intentaran, podrían dar un vuelco a su vida.

En la actualidad, Caseros y sus alrededores tienen el privilegio de contar con una interesante oferta de capacitación tanto para jóvenes como para personas mayores.

Cursos, talleres, aprendizaje de oficios, etcétera, son organizados por la administración comunal, entidades intermedias e, incluso, carreras de grado en la Universidad Nacional de Tres de Febrero .

Las ventajas son múltiples: la oferta de capacitación es amplia y se orienta a un sinnúmero de ocupaciones, tanto técnicas, informáticas como humanísticas.

Existen cursos que recuerdan a los organizados por las desaparecidas escuelas de artes y oficios donde se enseñaba, entre otras ocupaciones básicas, a desempeñarse como mecánicos, plomeros, electricistas, etc. (servicios siempre muy solicitados, aun en épocas críticas).

Suelen ser cursos cortos y gratuitos; a lo sumo, de muy bajo arancel.

Los lugares de aprendizaje están ubicados dentro del barrio, cuestión que ahorra tiempo y dinero en pasaje; incluso, a través de la virtualidad, son cursos que pueden hacerse desde casa.

En el pasado, aquéllos que deseaban capacitarse en determinadas ocupaciones debían, en su mayoría, trasladarse hasta el centro porteño.

Son cursos y talleres abiertos para todos; incluso, en algunos casos, hasta para quienes carecen de títulos secundarios.

Un ejemplo: a través del departamento Extensión Universitaria (UNTREF) se puede acceder a una serie de cursos orientados a la digitalización, informática, artes electrónicas, etcétera, sin mayores requisitos que la voluntad de hacerlos; cursos que suelen estar dictados por profesores de la casa de altos estudios que tienen a su cargo las carreras de grado.

Todas estas oportunidades están abiertas para todos: adolescentes, jóvenes y mayores.

A veces, cambiar nuestra vida está más al alcance de la mano de lo que acostumbramos creer.