Esta historia nació durante la primavera de 1957 cuando Salomé Decoraciones inauguró su local en la todavía adoquinada 3 de Febrero, en tiempos en que a esta calle, entre Mitre y Valentín Gómez, se le decía la “vuelta al perro”.
El escenario comercial se completaba con las puertas abiertas de, entre otros, los negocios de Amador Otero, Bellotti, farmacia Ferrari, Dante Cominaghi, Larretape, Remo Vassia, Feldman…
El flamante emprendimiento se presentaba “con muchas ganas de brindar una opción diferente, en el rubro decorativo, para la gente de Caseros y los alrededores”, dice su titular, Arón Fridenberg.
Y subraya: “Teníamos las ganas y el optimismo natural de todo flamante comercio… pero no nos atrevíamos a imaginar que, nuevamente, con esas mismas ganas (y el mismo optimismo) nos íbamos a encontrar tantas décadas después”.
Arón puntualiza que para arribar a esta actualidad fue imprescindible adaptarse continuamente a las novedades que caracterizan al mundo de la decoración.
“Sabemos también que fue necesario brindar confianza, seriedad y respeto, aspectos que consideramos absolutamente necesarios – tanto como la buena atención y asesoramiento – para manejarse en un rubro tan exigente como el nuestro”, detalla.
Y agrega: “Siempre contamos con el trabajo eficiente y amable de nuestro personal. Pero, fundamentalmente, sabemos que sin el apoyo permanente de nuestros clientes (tanto particulares, como arquitectos y empresas) y de nuestros proveedores esta actualidad no hubiera podido concretarse”.
Acompañado por su hija Salomé, Arón continúa al frente del establecimiento que se trasladó a la calle Urquiza, entre Sarmiento y Andrés Ferreyra.
“La renovada confianza que día a día nos otorgan es nuestro mayor (y mejor) capital. Y es esta confianza la que nos permite renovar las ganas y consolidar el optimismo de este emprendimiento que nació en aquella casi primavera de 1957”, concluye Arón, quien días atrás recibió una distinción a la trayectoria que le entregó la Municipalidad.