
EL HOMBRE MAS FELIZ DEL PLANETA
Científicamente comprobado: el hombre más feliz del mundo no tiene casaquinta, departamento, auto o posesión alguna. No vive pendiente del celular y el dinero – que gana por millones a través de la venta de sus libros. Lo dona y se mantiene con lo indispensable. Técnicamente, es pobre.
Ricard Matthieu es francés. Está doctorado en genética molecular. Décadas atrás, renunció a su prometedora carrera profesional y se hizo monje budista…
¿Por qué está científicamente comprobado su estado de felicidad? Lo asegura el Laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin que – a través de un programa dirigido por el neurocientífico Richard Davinson, a lo largo de doce años – estudió el cerebro de Ricard, mediante sensores y resonancias magnéticas.
El estudio arrojo un resultado sorprendente: en una escala donde 0.3 es muy infeliz y – 0.3, muy feliz… Ricard registró -0.45. Cuando medita, produce un nivel de ondas gamma (relacionadas con la conciencia, la atención y el aprendizaje) jamás registrado anteriormente.
El doctor Richard J. Davidson señala que el registro logrado por Ricard no tiene misterio: se llama plasticidad de la mente y es la capacidad humana de modificar físicamente el cerebro por medio de los pensamientos que elegimos. Como sucede con los músculos del cuerpo, el cerebro desarrolla y fortalece las neuronas que más utilizamos. A más pensamientos negativos, mayor actividad en el córtex derecho y en consecuencia, mayor ansiedad, depresión, envidia y hostilidad hacia los demás. Es decir: más infelicidad autogenerada.
Por el contrario, quien trabaja por pensar bien de los demás y ver el lado amable de la vida ejercita el córtex izquierdo elevando las emociones placenteras y la felicidad.
El francés Ricard advierte que no se trata de decidir ver la vida color de rosa, sino de trabajar sistemáticamente para debilitar esos músculos de infelicidad que tanto hemos fortalecido creyéndonos víctimas del pasado, de los padres o del entorno y, paralelamente, comenzar a ejercitar los músculos mentales que nos hacen absolutamente responsables de nuestra propia felicidad.
TRANSFORMAR LA MENTE
Matthieu Ricard apunta que el entrenamiento de la mente se basa en que dos factores mentales no pueden ocurrir al mismo tiempo: “Puedes pasar del amor al odio pero no puedes querer al mismo tiempo, a la misma persona, querer hacerle mal y querer hacerle bien”.
Por lo tanto, se puede decir que hay antídotos para las emociones destructivas. Por ejemplo: regocijo en lugar de celos; una sensación de libertad interior en lugar de una ambición extrema, benevolencia en lugar de odio y así un antídoto para cada emoción.
Otra forma que él menciona para encontrar un antídoto general para todas las emociones es mirar la naturaleza misma de la emoción. Por ejemplo: cada vez que nos obsesionamos con algo, la mente va una y otra vez a ese algo reforzando más la obsesión con ese objeto. Ricard manifiesta que miremos a la naturaleza misma del pensamiento; si, por ejemplo, sentimos odio por alguien, nuestro odio se irá reforzando cada vez que pensemos en lo negativo de esa persona. Lo que debería hacerse, entonces, es ver el odio desde adentro y no desde fuera. Desde fuera, el odio se ve como una nube amenazadora, la vemos como algo consistente, pero si nos acercamos a la nube y la vemos desde adentro, nos damos cuenta que es sólo eso, una nube que se desvanecerá. Si hacemos esto una y otra vez, llegará un momento en que la nube sólo pasará sin dejar rastro.
ENTRENAR LA MENTE COMO SI SE FUERA A CORRER UN MARATON
Ricard considera que todo el mundo tiene la capacidad de tener una mente más clara. Pero al igual que un corredor de maratón necesita mucho entrenamiento para correr kilómetros. Las personas que quieren ser más felices necesitan entrenar sus mentes. La forma perfecta para Ricard es la meditación. También señala que la benevolencia, la atención, el equilibrio emocional y la resiliencia son habilidades que pueden ser entrenadas .
EL ENTRENAMIENTO
Según el especialista, es preciso comenzar por tener pensamientos positivos durante 10 a 15 minutos por día. Normalmente es fugaz el momento en que se puede experimentar sentimientos de felicidad y amor. Luego, algo sucede y, aun sin desearlo, se pasa a otro pensamiento. Por tal motivo, Ricard señala que es preciso concentrarse en no dejar que la mente se distraiga para mantenerla centrada en las emociones positivas.
Con esta fórmula, asegura que las personas podrán sentir resultados mentales positivos. Sus teorías fueron respaldadas por distintos neurocientíficos que avalan que 20′ de meditación diaria pueden hacer que la gente sea más feliz.
FUENTES: EL PAIS.COM / LATERCERA.COM / VIDAPOSITIVA.COM