A raíz del post (ALGO EXTRAÑO SUCEDE EN CASEROS) que publicamos en facebook, se reflotaron acusaciones contra una pariente del intendente señalando que la multiplicación de plantitas y flores que luce el municipio está relacionada con la titularidad de un vivero que poseería dicha pariente. En su oportunidad, el jefe comunal lo negó rotundamente. Ningún político opositor presentó alguna prueba en contrario, ni siquiera lo desmintió.

Cuando en Caseros proliferaron edificios de todo tipo, se rumoreó que cada una de esas construcciones fue posible gracias a que el entonces intendente pasó a ser titular de un departamento en cada uno de esos inmuebles. En realidad, se observa al ex intendente en su museo de la calle Lisandro Medina, como un vecino más. Continúa residiendo en su casa de siempre. Quienes conocen su quinta de fin de semana, aseguran que dista de ser ostentosa.

No nos chupamos el dedo: deducimos que las famosas “excepciones”, generadoras de dinero espurio, debieron haber sido moneda corriente. Carecemos de capacidad investigativa para avanzar más allá del rumor que ganó la calle. Pero sí la tenían quienes militaron en la oposición de entonces y hoy están cerca del oficialismo. Nada aportaron.

Ojalá estas sospechosas prácticas dañinas – que alcanzan décadas -alguna vez concluyan. Está en las manos de los dirigentes políticos, concretarlas. No sólo para acallar rumores sino en favor del bienestar vecinal, ampliamente deteriorado.

ATENEO CULTURAL DE CASEROS – HOSPITAL CASEROS

De manera lateral, esta nota nos da lugar a recordar que Juan Sedze – vecino de la calle Urquiza, casi Cavassa – hace años donó una propiedad para que allí funcionara el Ateneo Cultural de Caseros. Ese predio se perdió.

Hace décadas, gracias al aporte significativo, plural, de vecinos, se creó el Hospital Caseros (Caseros y Belgrano). Fue una obra formidable, orgullo para el barrio. También se perdió.

Se podrían sumar decenas de casos similares. Por complicidad u omisión, hubo y hay quienes lo permitieron y lo permiten.

Basta.