A fines de abril de 1959, Nat King Cole llegó a Buenos Aires. Una multitud lo esperó en Ezeiza, invadió la pista, le hizo difícil el tránsito hasta la ciudad e incluso dañó un poco el tapado de piel de su mujer.

“El incidente del tapado despertó la furia de Cole, que aparecía al principio como un tipo distante, parco y reservado y que hizo un comentario un poco despectivo sobre el fervor de los argentinos. El comentario, a su vez, despertó también la furia de su anfitriona en Buenos Aires que lo frenó en seco en el auto que los ingresaba a la ciudad: “Nat, en su país usted no podría estar sentado al lado de una mujer blanca como yo”. Era Blackie, una leyenda de la radio y la televisión que por entonces asomaba ya como una comunicadora excepcional”, se lee en Clarín.

En la foto que ilustra esta nota se observan ante el micrófono de Radio El Mundo, las dos figuras mencionandas acompañadas por un sonriente Antonio Carrizo, quien supo vivir en los alrededores de De Tata y Hornos, junto a su esposa, Alicia Pando. El matrimonio se había casado en la por entonces conocida como la Capilla de Chapa, la parroquia Sagrado Corazón de Jesús (Bonifacini y Murias).

Nat se había “largado a cantar en español canciones populares, boleros, corridos de la Revolución Mexicana como “Adelita”, temas un poco zonzos como “Cachito mío”  y, para sus recitales en la Argentina, “El Choclo”. Su total ignorancia del español le daba a su fonética un encanto especial (“…si por más en un buque de quera/si por tiera en un trrrren militar”, cantaba en “Adelita) acrecentado por el fantástico color de su voz”, se lee en el matutino.

Por esos días de 1959, también se encontraba Fidel Castro en nuestro país. El cubano se entrevistó con Arturo Frondizi, el entonces presidente de la Nación.

Al margen: seis meses después de lo relatado, se crearía el municipio Tres de Febrero y nuestro Caseros sería designado como ciudad cabecera del flamante distrito.