Los vecinos viven atemorizados por la epidemia de polio y pintan con cal los cordones, los postes y los árboles.
En Nuestra Señora de La Merced, casi avenida San Martín, en la misma cuadra de la iglesia, aparecen Bichi Mancinelli y Lidia Ravanedo y, brocha en mano, Pedro Ravanedo y Alfredo Ferrari, quienes le dan una mano de cal a los cordones.
Si en la actualidad vivimos con angustia por la pandemia, es de imaginar el temor que habrán sentido nuestros mayores ante esa enfermedad que podía paralizar a sus hijos. Atemorizados, combatían el padecimiento con lo que tenían a mano: limpieza, pintura, bolsitas de alcanfor…
Pregunta completamente al margen: ¿Qué habrá sido de la vida de la acaramelada parejita que camina hacia el lado de la parroquia?.