Un siglo, parece, es nada. Es el tiempo transcurrido, por ejemplo, entre las dos imágenes que ilustran esta nota, imágenes tomadas, desde el mismo ángulo, en la esquina de Urquiza y Sarmiento.
Donde actualmente se encuentra la Panquequería Carlitos, estaba ubicado el almacén de Pedro Schenone que, con el correr del tiempo, se convirtió en el legendario almacén de Biale y, más adelante, en un negocio de venta de muebles usados.
En la fotografía superior (una reliquia), se observan, entre otros artículos, una lata de los eternos bizcochos Canale y, en la estantería del fondo, otros alimentos enlatados y bebidas espirituosas. La cajonera del costado – repleta, imaginamos, de fideos y galletitas – es una verdadera joyita nostálgica.
Dos de los chicos llevan gorras y el negrito con carita de asustado, delantal que creemos gris. Veteranos del barrio nos recordaron que en ese local también se jugaba al chinchón y se servían copitas al paso, cuestión que predisponía a los maridos a ofrecerse para hacer mandados.
Cuando se ingresa a la conocida panquequería actual, se detecta que, de algún modo, todavía conserva huellas de la antiquísima construcción.