Gladis Gutiérrez fue caserina de pura cepa. Su hija – Romina – recalca que “amaba a Caseros… era su lugar en el mundo”.
Gladis residía en la calle Urquiza, entre Hornos y Olavarría, frente a las vías; allí transcurrió su infancia junto a sus padres Carmen y Gregorio, y a su hermana Nelly.
Ya casada con Ricardo – el amor de su vida – fue en la misma cuadra, en la misma casa, donde formó su propio hogar.
A lo largo de tres décadas, Gladis canalizó su vocación solidaria integrando el grupo de voluntarias de Lalcec Caseros (Sabattini, entre Murias y Curapaligue).
Ama de casa, era muy “habilidosa con la pintura y costura, amaba hacer artesanías con materiales reciclados”, detalla Romina. Y agrega: “Yo la defino cómo artesana porque fue profe de cerámica… le gustaba hacer artesanías para decorar la casa con materiales reciclados, hacía bellezas… era la típica señora que decoraba la casa para Navidad y regalaba adornos para toda la familia. Todos tenemos algo hecho por las bellas manos de Gladis o la “Tata” cómo la llamaban sus nietos Abril y Facundo… Mamá sabía bordar coser y parafraseando a la canción infantil, abrir la puerta para ir a jugar”.
También, evoca Romina, era “muy moderna para su generación, una mujer muy abierta a la comunicación y leal… incondicional para sus afectos”.
Sus sobrinas nietas Aniela y Estefanía, su sobrina Patricia y su cuñado Pocho Roveta “eran parte de su afectos más queridos”, detalla Romina.
Gladis falleció el martes 6 de agosto de 2013, a sus 71 años.