Lo conozco desde hace años. Tiene cara de buen pibe, tranqui, afable, de hablar susurrante. Hablo de quien atiende la ferretería de avenida Mitre, casi Sarmiento (la misma que también es conocida por hospedar al gato “Bulón”). Hablo del mismo tipo que te despacha clavos, tornillos, latas de pintura, destornilladores, pinceles, y en papel de diario te envuelve tuercas y arandelas.

Esta mañana, a punto de retirarme tras comprarle papel de lija y hablando de la vida me suelta que le gusta el teatro, que estudia teatro, que trabaja de actor, que escribe obras de teatro y, como si fuera poco, me zampa que le gusta la música, que estudia música y que desde el año pasado se atrevió con el tango.

La llegada de un cliente impidió seguir la charla pero lo googleé y me asombraron sus presentaciones en escenarios absolutamente forasteros al mostrador de la ferretería de la calle Mitre.

La vida, sin dudas, te da sorpresas.

NdeR: Lo siguiente no es un chivo (lo juro), el papel de lija es bueno y lo tiene barato.