Jura la barra Recordadores de Caseros que en tiempos idos, era un grato paseo visitar Gath & Chaves. Se tomaba el tren hasta Retiro, se cruzaba la plaza San Martín y ahí nomás, a dos cuadras, se ingresaba a la famosa tienda, ícono del comercio porteño y emprendimiento del cual te pasamos a resumir su historia.

UN SANTIAGUEÑO + UN INGLÉS

 Todo comenzó en 1883 cuando Alfredo Gath, un inglés emprendedor, y Lorenzo Chaves, un santiagueño con olfato para los negocios, abrieron una pequeña tienda de ropa para caballeros, en San Martín 569 (CABA). Se especializaban en confecciones con finas telas inglesas; con el tiempo, su negocio creció tanto que tuvieron que mudarse.

En 1914, estrenaron un imponente edificio en Florida y Cangallo (hoy Perón), con un frente revestido en mármol de Carrara y ocho pisos conectados por modernos ascensores. En la terraza del último piso funcionaba una confitería con vista panorámica de la ciudad, un lujo en tiempos donde los rascacielos aún no dominaban Buenos Aires. El crecimiento los llevó a expandirse comprando el edificio de la esquina noroeste y uniendo ambas estructuras con túneles subterráneos.

En 1922, Gath & Chaves se fusionó con Harrod’s, la prestigiosa tienda inglesa, pero mantuvo su nombre. La tienda se convirtió en un símbolo de calidad y variedad, ofreciendo desde ropa hasta discos, vajilla y productos de rotisería.

Fueron pioneros en vender marcas propias y en desplegar estrategias publicitarias innovadoras. Sus maniquíes, con cabezas de cera y cabello natural, eran parte de la experiencia de compra, mientras que el servicio al cliente era impecable: las compras llegaban a domicilio en triciclos y carros, luego en camionetas, y hasta enviaban pedidos al interior del país junto con catálogos repletos de opciones.

Otro de sus grandes negocios fueron los discos, aunque las grabaciones no se realizaban en Argentina, sino en Francia. En 1907, artistas como Ángel Villoldo y el matrimonio Gobbi viajaron a París a grabar, y como agradecimiento, Villoldo compuso el tango “Gath y Chaves”, aunque también tuvo la cortesía de escribirle uno a su competencia, Ciudad de Londres.

En su mejor momento, más de 6.000 empleados trabajaban en la tienda, que hasta tenía una oficina de compras en París. Para los porteños, Gath & Chaves no era solo un comercio: sus escenografías navideñas, con Papá Noel y los Reyes Magos en persona, quedaron grabadas en la memoria de quienes vivieron su esplendor. Pero todo tiene su final y en 1974 la legendaria tienda cerró definitivamente, dejando un hueco en la historia del comercio argentino.

Conclusión: se entiende ahora lo que aseguran los Recordadores de Caseros: visitar Gath & Chaves se convertía en un grato paseo.