Fuerzas defensoras
Juan Manuel de Rosas contó con 10000 infantes, 12 000 hombres de caballería y 60 cañones. Acompañaban a Rosas, sus fieles jefes Jerónimo Costa, Martiniano Chilavert, ex unitario que se pasó al bando contrario para no unirse a extranjeros, e Hilario Lagos.
Deserciones
Debido a las numerosas deserciones y a la baja moral de las tropas, algunos historiadores argumentan que la batalla ya estaba perdida de antemano. Sin embargo, su oponente también sufrió varias deserciones, entre ellas la del Regimiento Aquino, formado por soldados leales a Rosas, que se sublevaron asesinando a su comandante Pedro León Aquino y a todos los oficiales, y se pasaron al bando rosista.
Fuerzas atacantes
Justo José de Urquiza contaba con al menos 24 000 hombres, entre ellos 3500 brasileños y 1500 uruguayos; entre sus jefes se encontraban dos futuros presidentes: Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento. Sin embargo, el grueso de sus tropas estaba formado por gauchos indisciplinados. Sólo los brasileños eran soldados profesionales.
LA BATALLA
Duró seis horas y se desarrolló en la estancia de Diego Cassero, situada en los alrededores de las actuales localidades Ciudad Jardín y El Palomar.
El epicentro de la contienda se desarrolló en los terrenos que hoy ocupa el Colegio Militar de la Nación.
Es llamativo que habiendo chocado casi 50.000 hombres – desde las 9 hasta cerca de las 15 – en un radio no demasiado amplio, las bajas fueron reducidas: se cuenta de que fueron pocos cientos de hombres muertos en combate.
Urquiza no dirigió la batalla: cada jefe hizo lo que quiso. En un acto imprudente para un general en jefe, cargó al frente de su caballería entrerriana contra la izquierda de la línea enemiga.
Entretanto, la infantería brasileña, apoyada por una brigada uruguaya y un escuadrón de caballería argentino, tomó el palomar, curiosa construcción circular destinada a la cría de palomas (sigue en pie) situada cerca de la derecha rosista. Una vez que los dos flancos cedieron, sólo el centro continuó la batalla, reducida a un duelo de artillería y fusilería.
La última resistencia fue dirigida por dos unitarios: la infantería de Díaz y la artillería de Chilavert. Como se le terminaron las balas, éste mandó recoger los proyectiles del enemigo desparramados alrededor y disparó con estos. Cuando no hubo nada más que disparar, la infantería brasileña pudo avanzar, marcando el fin de la batalla.
NdeR: La imagen que ilustra esta nota es la reproducción de un cuadro cuyo autor Carlos Penutti. En el centro, montado a caballo, el artista representó a Urquiza dirigiendo el ataque. Al fondo, pueden verse el casco de la estancia de Diego Cassero y el edificio circular de su inmenso palomar.
Fuentes:
Manuel Gálvez. Vida de Juan Manuel de Rosas. Editorial Tor, Buenos Aires.
Sir Woodbine Parish (1853). Buenos Aires y las provincias del Río de la Plata: desde su descubrimiento y conquista por los Españoles. Tomo II. Buenos Aires: Imprenta de Mayo.
Fausto Hernández (1939). Biografía de Rosario. Rosario: Ediciones “Ciencia”.
O´Donnell, Mario (2001), Juan Manuel de Rosas, Editorial Planeta, Buenos Aires.