Fue el primer presidente del recordado Banco Cooperativo de Caseros. Hijo de italianos, desde jovencito se vinculó a la docencia en escuelas de la Capital, donde había nacido en 1884.
Francisco se recibió de idóneo en Farmacia y, junto a sus familiares, se radicó en Mendoza.
Allí conoció a quien sería su esposa Luisa Ernesta Burotto. El matrimonio tuvo cuatro hijos (su hija menor, Élida Ángela, fue fundadora, junto a su esposo Alejo Cardoso, en los años ’50, del Instituto Cardoso).
También, en la provincia cuyana, se vinculó con la línea Trasandina del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP), empresa donde desarrolló su carrera laboral.
Cuando BAP lo trasladó a Caseros, a principios del siglo pasado, junto a los suyos se asentó en la calle De Tata, entre Rauch y av. San Martín.
Continuó desempeñándose en el ferrocarril hasta jubilarse en uno de los cargos más jerarquizados: Jefe de Pagadores.
En sus horas libres, se destacaba como un vecino comprometido con la comunidad y trabajó desinteresadamente en varias entidades de bien público.
Es en nuestro por entonces todavía pueblo donde intuye al cooperativismo como una de las herramientas más idóneas para el progreso de Caseros.
Su férrea perseverancia hace que en 1932, con el apoyo de 68 vecinos, se fundara el Banco Cooperativo de Caseros, entidad en donde ejerció el cargo de presidente hasta 1944.
En esos difíciles años’30, era habitual verlo por la calle, acompañado por amigos, tratando de convencer a los vecinos para que se asociaran al banco. Eran los primeros tiempos de la institución y se necesitaban las mejores voluntades y esfuerzos para consolidarla.
De conocida modestia, una anécdota define su perfil. En cierta oportunidad, donde se le rendía un homenaje, le sirvieron un café. Preguntó el precio del mismo con la intención de abonarlo. El mozo, afable, se negó a responderle. Francisco le respondió que “si no puedo pagarlo, entonces no lo tomo”.
Falleció el miércoles 11 de noviembre de 1953 (hoy se cumple el 70° aniversario), a sus 69 años. En homenaje a su labor, una calle de Caseros (ex Roverano) lleva su nombre.