Alguna vez, la periodista Cora Cané publicó lo siguiente:
“Según estudios realizados en Alemania, “el oxígeno proveniente de un abedul de cien años cubre los requerimientos anuales de ese elemento para diez personas adultas. SI fuera derribado, se necesitarían 2.700 retoños de un metro cúbico de copa para producir la misma cantidad de oxígeno”.
La profesional agregó que “en nuestro país, gracias al empeño del profesor Schiaritti y de un grupo de colaboradores, se trabaja con niños y mayores para que en el comienzo del siglo XXI se hayan plantado en el país cinco millones de árboles. Otras entidades luchan para preservar la naturaleza, y por consecuencia al medio ambiente, de factores contaminantes.
“El desarrollo de la forestación es, sin duda, uno de los aspectos fundamentales de estos propósitos. Recordamos, al pasar, que en 1947 se plantaron en la provincia de Buenos Aires cien mil ejemplares. Los “espacios verdes” constituyen una prioridad irremplazable en los grandes centros poblados”.
Cora culminó su crónica recordando palabras de Sarmiento: “El hombre tiene en el árbol un amigo, un protector, una esperanza”.
Las dos fotografías que acompañan este artículo ilustran actitudes a favor y en contra del arbolado caserino. Es lamentable que en la actualidad prevalezca la segunda.