A través de las redes, Carlos Roberto Köster, vecino de Hurlingham,  precisa que “esta casa la construyó mi papá ladrillo a ladrillo en 1947-1948, en la calle Moreno, entre Spandonari y Álzaga.

Köster agrega que es la casa “donde nací yo; en ese entonces, Caseros era el arrabal de la ciudad de Buenos Aires con calles de barro y sin construir las veredas; la casa sigue en pie…”.

Entre los comentarios que recogió su post, se coincide en que se aprecia que es una vivienda bien construida, sólida y levantada con mucho esfuerzo, típico del manifestado por los inmigrantes de antaño.