Estoy esperando que pase el tren de carga que recién partió de los Talleres Alianza y ya se escuchan los bocinazos de los rompe paciencia. Aguardo en mi poderoso Citroen 2 CV (le enrollé el techo para recibir el solcito). Toco bocina para probar pero me parece que no se destaca mucho.

Miro para atrás y veo la cartelera del cine Urquiza. Dentro de un rato voy a sacar entradas. Dan “Fiebre de sábado por la noche”. Después, dos de muzzarella con fainá, en Rigoletto.

A mi derecha está, justo en la esquina de Valentín Gómez, el negocio de Fedeli. Miro a mi izquierda y veo que la ferretería de Montanari todavía no cerró, tampoco “El Edén del Bebé”.

En la esquina de avenida San Martín, está el Cooperativo. Ese sí que es un Banco de fierro. El Titanic se hundió pero al Coope no hay iceberg que lo pueda. Te lo digo yo.

Sigo esperando, el tren debe tener 40 vagones. Si yo fuera intendente, haría un túnel. Pero a nadie se le ocurre.

Por suerte, Iuzol Musical está con los altoparlantes pasando discos de Queen y me entretengo. Canta un tal Freddy Mercury. Parecen buenos pero no van a llegar a nada. Te lo digo yo que de esto me la sé lunga.

Ahí está el Loco Lito, en su quiosquito… ¿Qué dice?… ah, salió Humor… ¡Litoooo, guardame una!.

Bueno, por fin pasó el tren… ¿Cómo se llama la empresa del camionazo que tengo adelante?. Hmmm… ¿De dónde me sonará ese apellido?.