ANTONIO COLETTI: A 20 AÑOS DE SU PARTIDA
By Caseros y su Gente

ANTONIO COLETTI: A 20 AÑOS DE SU PARTIDA

Fue en el otoño de 2002. El domingo 28 de abril, poco después del mediodía, a sus 65 años, falleció Antonio Darío Coletti, querido vecino de la calle Constitución, entre Urquiza y las vías.

Había nacido el 25 de mayo de 1936, sus padres fueron Arcángela Pezzuti y José, inmigrantes italianos. Tenía una hermana: Lucía.

COLPER ELECTRÓNICA

Fue alumno del colegio N° 8 y del industrial N° 7. Tras un breve paso por Fabricaciones Militares, se asoció laboralmente con su amigo y compañero de secundario: Luis ‘Coco’ Pestarino.

Los jóvenes inauguraron en la calle 3 de Febrero, entre Mitre y Esteban Merlo – un comercio orientado a la reparación de radios, televisores y equipos de audio: «COLPER Electrónica» de extensa trayectoria en nuestro barrio.

EL CLUB DE AMIGOS «MALENA»

Antonio es recordado por su carácter criterioso, afable, por su serenidad y amor a la familia.

También, por tener muchos amigos: su negocio era visitado por vecinos que se reunían para disfrutar de la buena mesa y arreglar el mundo. Esa convocatoria de todos los viernes por la noche tenía nombre: “El Club de Malena” en memoria a una querida perra que durante muchos años fue la mascota del negocio.

Coletti en 1994, cumplió un sueño: viajar a Italia para visitar el pueblo y la casa de sus padres. Ese viaje lo llenó de felicidad.

Le daba gran placer guardar objetos antiguos y, edemas, visitar su casa de fin de semana que, tras mucho esfuerzo, había levantado junto a su socio – Coco – con sus propias manos.

Antonio estaba casado con Elsa Lucia Currenti; el matrimonio tuvo dos hijas: Silvia y Alejandra.

Fueron sus hijas, quienes, con motivo de su fallecimiento publicaron lo siguiente:

“Estos momentos son muy tristes para nosotras pero aun así y a pesar de todas las veces que pudimos hacerlo, queremos decirte cuánto te amamos. Fuiste el modelo de nuestras vidas y el ejemplo a seguir. Todo lo solucionabas y allanabas nuestro camino pero sin dejar de enseñarnos. Fuimos testigos de que cosechaste lo que sembraste… y más. Son infinitas las palabras que nos llegan de reconocimiento hacia tu persona. Todavía nos cuesta pensar que no te veremos más. Solamente queremos agradecerte, mamá y nosotras, todo lo que fuiste para nosotras; decirte nuevamente todo lo que te amamos y te amaremos. Siempre serás nuestra guía. Y siempre nuestro corazón estará colmado con tu recuerdo”.

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