“Los bomberos nunca mueren, sólo se desvanecen volviéndose la inspiración de los miembros de esta antigua y honorable legión que todos los días combaten por la vida contra la tragedia y la naturaleza desatada. Y de la que ellos en vida fueron sus mejores soldados”, manifiesta  la placa colocada en la sede del Cuartel Caseros de Bomberos Voluntarios (calle Rauch 1655, entre Dante y Bermúdez)

Fue  durante el acto donde sus compañeros voluntarios, familiares, amigos y vecinos les rindieron homenaje a los tres integrantes del cuerpo de bomberos al cumplirse el primer aniversario del incendio donde perdieron sus vidas.

La tragedia fatal se desató en la mañana del 3 de agosto del año pasado,  en el edificio de av. San Martín 1351, entre Marco Polo y el pasaje Aristóbulo del Valle. Los tres bomberos voluntarios fallecieron mientras intentaban sofocar las llamas.

Además de la placa, se bautizaron a tres autobombas del destacamento, con el nombre de cada uno de los recordados bomberos.

El acto presidido por las autoridades del cuerpo, fue organizado por el personal del destacamento de Caseros y Ceremonial y Protocolo de la Federación de la Provincia de Buenos Aires, con la participación del director provincial de Defensa Civil, representantes de la Federación de Bomberos de la Provincia de Buenos Aires, referentes provinciales, municipales  y concejales.

Tras el incendio trágico, el organismo regulador decidió intervenir la jefatura operativa.

“Sus pérdidas no fueron en vano, su legado se convirtió en cambios estructurales que necesitaba la institución para evitar futuras situaciones similares”,  expresaron en declaraciones periodísticas autoridades del Cuerpo y se agregó que la tragedia develó necesidades “como la falta de materiales de protección personal y protocolos de intervención. También, la necesidad de profundizar el entrenamiento y capacitación sobre intervenciones específicas”.

También, se recordó así a:

Gabriel Fedelli (49): Sub Ayudante. Remisero y comerciante, siempre se la pasaba contando chistes. En los servicios era el que si se necesitaba, dirigía el tránsito, siempre llevaba su silbato encima. Siempre positivo, estuvo 10 años en la Institución y participaba activamente en el paseo de Papá Noel cada diciembre.

Cristian Ragazzoni (36): Ayudante. Numerario de la Policía Federal en la Sección Montada. Padre de Tiziano, Thiago y Valentino. Estuvo 16 años de servicio, era hincha de boca y siempre se la pasaba haciendo bromas A veces era quien cocinaba en el Destacamento y lo apodaban Coqui.

Pablo Javier Silva (47): Oficial Auxiliar de Escuadra. Padre de Agustín, Anita y Matheo. Ingresó como cadete en la época de la fundación. Siempre acompañado por Alejandra su señora. Licenciado en Recursos humanos Sus pasiones eran dos: los bomberos y los scouts. Fue Jefe scout y Director zonal. Su tótem era Chimango espiritual.