Julio Luque fue, además de poeta, docente. Porteño de Villa Crespo, vivió en nuestro Caseros desde sus doce años, junto a sus padres y hermanos, en la muy señorial casona de la calle Belgrano, en Villa Alianza, conocida como El Cortijo (foto). Más adelante, se mudó a la avenida Urquiza, entre avenida San Martín y Cavassa.

Sus entusiastas inquietudes literarias lo llevaron a participar en todas los emprendimientos literarios organizados tanto en Caseros como en otras localidades. Fue autor de, entre otras obras, “Ecos del alma”, “El Ángel de la noche” y “Un gran amor secreto”. Estaba casado con Lola; el matrimonio – que llevaba casi seis décadas de casados – tuvo dos hijas, María Elena y María Isabel, y tres nietos.

Julio falleció el 1 de noviembre de 2003, a sus 87 años. Hoy se cumple el 20º aniversario.

En cierta oportunidad, la periodista Laura Fonseca (quien actualmente reside en España), le realizó, para la revista Caseros y su Gente el siguiente reportaje:

 En una tarde lluviosa, entre un café, y acompañados por una pila de libros, mantuvimos una cálida charla con el poeta Julio Luque, quien nos recibió en su “nido” de trabajo. Su alma sensible y fresca se fue nutriendo de los pequeños tesoros que guarda una familia de artistas. Su padre, pintor del siglo pasado; su madre, artista de alma. Así, en ese clima de perpetuas emociones se formó el sentir, el alma de este artista: Julio Luque.

– Usted es poeta, novelista, comentarista literario, y libretista radial; demasiadas profesiones por cierto ¿Cómo comenzó a incursionar en ellas?.

– Bueno, yo creo que el poeta nace; ser poeta es un estado emocional perpetuo. Es un ser que ve las cosas de la vida, de la naturaleza, con otros ojos, con los ojos del corazón, del sentir. Desde chico vi el alma en la flor, en el ocaso. He sido siempre un romántico de ley.

– ¿Qué es ser poeta?.

– El poeta es inherente a uno. La poesía impacta, se siente. Es un don de Dios que hace que sintamos todo a través de emociones…

Me has dicho POETA?…

Tú sabes qué es eso?…

Tú puedes citarme tortura mayor?…

Poeta… No es solo Titán de los versos,

el hombre que escribe como profesión…

Poeta, es la angustia de seguir viviendo

Eterno paciente de aguda emoción…”

– ¿Es el arte un tormento, una perpetua angustia?.

– Sí, la vida de un poeta es un tormento porque está al borde de la soledad, al borde de la incomprensión. Cuando era pequeño ya escribía mis primeras impresiones sobre la vida y nadie entendía mi sensibilidad, no podía compartirla con nadie. Por eso el arte, la poesía, es un tormento, una constante lucha por volcar en el papel las emociones. La poesía es verdad, armonía y emoción. Verdad, porque debe reflejar verdades, algo real que yo pueda sentir; armonía, en su composición, y emoción, es ese toque que sólo puede darle aquél que es poeta.

– ¿Cuáles son los temas de sus obras?.

– Aquéllos que se pueden ver, que se pueden palpar con el corazón. Temas reales que puedan causar emoción. Una vez, cuando fui a ver una muestra de pintura me pasó lo siguiente, observé una obra y luego otra y otra, hasta que llegué a una que me impactó, eran solo dos manos, algo simple: dos manos tomadas entre sí, pero a mí me emocionó, porque esas manos tenían poesía. Por ejemplo, a mí la poesía surrealista no me llega, no puedo considerarla poesía, la respeto, pero no me emociona hasta las lágrimas como un Bécquer, o una estrofa de un verso de Alfonsina Storni.

– ¿Qué poetas fueron fuentes de inspiración?.

– Me gusta mucho la poesía femenina, como la de Alfonsina Storni, Juana de lbarbouru, por supuesto también Borges, Adolfo Bécquer…

– Además de escribir poemas, también fue libretista de radio.

-Trabajé como libretista en una radio teatro de LS10, radio Libertad, se Llamaba “Horas Vividas” con Arturo Vega Riestra y Juanita Almiró. Después, entre 1952 y 1955, escribí el ciclo radial “Lo que no dije”, que trataba justamente sobre todas aquellas cosas pequeñas, a la vez grandes, que no podía decir sino a través de la poesía. También hice una serie de charlas literarias en LRA Radio del Estado.

– También fue profesor…

– Huy… y sí que me gustaba. Mire, cuando yo iba al colegio, el profesor estaba en un pedestal… eso no es correcto; yo hablaba con mis alumnos, pensaba y sentían como yo, como usted.

– Usted es poeta en todos los aspectos de la vida.

– Mire, cuando uno nace con el don de escribir, de transmitir emociones, no puede renegar de ello, por eso es una tortura, una vez que apareció, ya no calla, y eso se trasluce en toda las áreas de la vida.

Laura Fonseca

(Quizá un  alma pura, en un lejano día, en una poesía me perpetuará / JULIO LUQUE)