El sábado 4 de febrero de 1933, el busto fue emplazado en el cruce de las avenidas San Martín y Urquiza. Ese día, estuvieron presentes – además de los funcionarios comunales, representantes de las fuerzas vivas y vecinos – una delegación militar que realizó un desfile. Hasta hicieron llegar su adhesión el gobernador bonaerense Federico Martínez de Hoz y el presidente de la Nación, el general Agustín P. Justo. Tres décadas más tarde, en 1963, el busto fue trasladado a la plaza Unidad Nacional, donde hace unos años, los amigos de lo ajeno – la escultura era de bronce – lo hicieron desaparecer para siempre.
En la foto, tomada en 1935, las vecinas María Romano y Lucía Tonini posan junto a la escultura sin imaginar que 85 años después, usted, vecino, las estaría mirando tal cual se presentaban en sus años mozos. También se observa la rotonda, el pedestal de la escultura y el adoquinado de las avenidas. De fondo, se distingue el incipiente arbolado, las casas (pocas) bajas y lotes que reflejaban el todavía perfil pueblerino, sumamente alejado del trajinado Caseros de hoy.