Alberto Cambas Sabaté – reconocido escritor – es apasionado por el jazz. Cursó la primaria en la escuela N° 8 y la secundaria el Thomás Guido (San Martín). Fue en estas aulas donde se entreveró con su otra gran pasión: la música.
“Me atrapó el jazz”, nos dijo en cierta oportunidad al evocar sus tiempos mozos.

Así nació The Little Ramblers, pretenciosa agrupación que lo encontró, en su juventud, soplando la trompeta acompañado por Luis Del Posse, Coco Casella en el contrabajo, Jorge Montero en la batería, dos muchachos de Santos Lugares cuyos nombres no recuerdo” y, en el piano, nada más y nada menos que Alfredo Salzano, un pibe de la calle Belgrano, entre avenida San Martín y David Magdalena, que con el tiempo se convertiría en Pablo Zygler, quien luego sería pianista estrella de Astor Piazolla y, actualmente, músico de renombre internacional, doble ganador del Emmy.

“Con los Little nos presentamos en muchos lados… acá, en Caseros, tocamos en Ittaliani Unitti; el República; El Triunfo; en un salón que había en avenida San Martín y La Merced; en un boliche que había en Villa Parque, en la diagonal Bouchard… allí encontré al Mono Gatica que bailaba solo en la pista, con la vista perdida…”.

“En la música fui autodidacta… apenas si estudié un poco con el padre de un íntimo amigo: Mario Tegli, quien continúa con la música y es un excelente pianista”.

Cambas Sabaté transcurrió su infancia y juventud en su casa situada en los alrededores de avenida San Martín y Esteban Merlo, junto a sus padres: Manuela Sabaté y Alberto Cambas. Tiempo en que en plena avenida San Martín, entre Mitre y Esteban Merlo, se levantaba un busto con la imagen de nuestro prócer mayor; el mismo busto que tras peregrinar por varias ubicaciones se radicó en la plaza Unidad Nacional hasta que fue sustraído y, suponemos, el bronce histórico fue derretido a cambio de algunos billetes.

OTROS RECUERDOS

“La pizzería Ottonelli a los pibes nos dio grandes satisfacciones. La máxima era ir al cine Paramount, ver las tres películas e ir a comer esas porciones que chorreaban muzzarella. Yo iba con Piluso, Eric y Juancito Gómez, el Negro Panadero…”

El pan de cada día se lo ganó editando libros de autores argentinos y trabajando como analista político para una consultora del diario La Vanguardia, de España. También fue director del diario Tribuna, en la zona sur y fue, durante siete años, uno de los dueños del caserino Bar El Roble, ubicado en Urquiza y David Magdalena.

Su predilección por los bares le viene desde pibe cuando “apoyaba la ñata contra el vidrio en el café El Nacional, en 3 de Febrero y Mitre…”.

“Estaba El Pampa, en Andrés Ferreyra y Valentín Gómez… enfrente estaba el bar de Camilo Alvarez; el Bar Vico, al lado del cine Urquiza, ahí paré mucho tiempo; el California que estaba sobre Urquiza; el Petit, en Urquiza y Andrés Ferreyra; el Odeón; Los Pichones… recuerdo también a la confitería Montecarlo que estaba en Urquiza y san Martín…”.

FOTO: AÑO 1959, LOS LITTLE… LA ROMPEN EN EL CLUB REPÚBLICA: COCO CASELLA, TITO, ALBERTO CAMBAS Y JORGE MONTERO