Años ’50 cuando todavía Caseros pertenecía al distrito de Gral. San Martín. Este condado, vecinxs, supo estar muy surtido de bochófilos. Había canchas tanto en instituciones deportivas como en entidades fomentistas, almacenes, bares o en cualquier terrenito que lo permitiera.
Estaban las canchas del almacén El Cañón, el de La Merced y México, el de Cavassa, las del bar Los Pichones, las del club Jota Jota, el 9 de Julio o las del club Villa Pineral (3 de Febrero, entre Cafferata y Rebizzo), cuyo equipo se luce en la foto que ilustra esta crónica.
Las contiendas eran furibundas y en las tardes, especialmente los fines de semana, los bochazos aturdían la serenidad del pueblo. Hubo jugadores y equipos de admirable destreza.
Con el tiempo, la práctica de las bochas se fue apagando y el tejo lo fue reemplazando pero nunca pudo empardar el fervor de su primo deportivo.