Subimos a una nave que viaja al pasado. Recorremos algo más que un siglo y cuando el almanaque marca con exactitud “ Martes 4 de septiembre de 1917”, apretamos stop.

Aterrizamos y preguntamos al primer paisano que no se desmaya dónde se encuentra un lugar conocido como Villa Mathieu y cómo llegar hasta la calle Loubet (actual Spandonari), entre Puan y Tapalqué (actual Parodi): “hasta la casa de don Bernardino”, detallamos.

Nos acercamos con disimulo hasta la casona y descubrimos que apenas dispone de dos habitaciones. Encontramos a un par de docentes y a un puñado de chicos asustados. Nos sumamos y coreamos juntos el Himno Nacional.

INSTANTE HISTÓRICO

Ellos (los alumnos) no lo saben pero nosotros sí, es un momento histórico: nace la Escuela N° 21, actual N° 7.

Antes de regresar, miramos alrededor. La casi primavera pregona su llegada y desde acá vislumbramos la estación Caseros. Observamos un poco más: la villa es una suma de baldíos, calles de tierra, quintas, tambos, hornos de ladrillo, pasos de piedra para sortear los zanjones, gente a caballo, carros y cielo, mucho cielo.

1992

Retornamos a la nave y partimos hasta 75 años más tarde. El establecimiento escolar festeja sus Bodas de Diamante.

Encontramos a don Ricardo Andrea“Lo que hoy es la plaza (“Juan D. Perón”, ubicada en Rebizzo y Spandonari) era una laguna y en invierno, se formaba tanta escarcha que los chicos hacíamos que patinábamos sobre hielo…”, recuerda.

“Desde Álzaga hasta Hornos y desde Cafferata hasta las vías estaba el potrero de Beco”, describe.

Don Ricardo había sido uno de esos pocos chicos que aquella mañana del 4 de septiembre del ’17, en la casa de don Bernardino, cantó el Himno y por tal razón se autodenomina “alumno fundador”. También recuerda que al principio, cada alumno “se traía desde su casa, un banco o un cajón para sentarse; incluso, cada uno se traía el frasquito con tinta que se compraba en el almacén”.

A los pocos meses de inaugurada en 1917, la escuela se mudó a la calle Puan, entre Spandonari y Juan Manuel de Rosas (ex Roosevelt), donde supo estar instalado un conocido almacén. Acá ya se contaba con cuatro aulas a las que luego sumarían tres. El mismo predio luego sería ocupado por la panadería “El Cóndor”.

“Los alumnos más grandes eran bravos… recuerdo que habían puesto dos hamacas, una frente a otra, y, a los más chicos, nos sentaban en tapas de baúles y nos hamacaban bien arriba; cuando chocábamos, nos íbamos al suelo. Y si nos negábamos a jugar, nos daban la biaba”, memoriza don Ricardo,  quien seguramente jamás había escuchado hablar de bullying.

DATOS 

La primera directora de la escuela N° 21 fue la señora Ramona de Thompson, emparentada con el médico Diego Thompson, fundador del conocido hospital de Gral. San Martín.

El avance del establecimiento fue continuo y el 2 de octubre de 1949 se colocó la piedra fundamental del importante edificio que, el 11 de mayo de 1951, fue inaugurado en la esquina de Spandonari y Parodi.

La escuela N°21 cesó su peregrinar.

El 15 de octubre de 1959, cuando nuestro distrito se separó del de Gral. San Martín y pasó a denominarse Tres de Febrero, la escuela de Villa Mathieu dejó de ser la N° 21 y se convirtió en N° 7. Fue ese mismo año cuando el establecimiento quedó apadrinado por la Primera Brigada Aérea El Palomar y a denominarse Aviador Pedro Leandro Zanni, legendario piloto nacido en Pehuajó.

DRAMÁTICO INCENDIO

En las primeras horas del martes 18 de mayo de 2004, por motivos que según se informó, fueron accidentales, un terrible incendio destruyó casi completamente al establecimiento escolar. También, el aledaño jardín de Infantes cayó devorado por las llamas.

Los más de 500 alumnos fueron derivados – para que no cesaran sus clases – a aulas provisorias que rápidamente se habilitaron en los clubes El Triunfo, América, y también a los colegios San José Obrero, San Francisco Javier y Ceferino Namuncurá, instituciones que generosamente cedieron su espacio.

Por entonces, la directora de la Escuela 7, Mirta Casale, precisó: “me conmovió como la comunidad se movilizó en forma inmediata para colaborar con lo que pudiese; incluso, debí frenar algunas donaciones porque no sabía cómo canalizarlas…Hasta hubo vecinos muy humildes que, con tal de ayudar en algo, nos dieron cosas como esta imagen de Cristo que colgué en la pared”.

A su vez, el gobernador Felipe Solá, se acercó hasta Villa Mathieu y ante la magnitud del desastre, prometió reconstruir “una escuela igual o mejor”.

LA RECONSTRUCCIÓN

En la mañana del miércoles 17 de agosto de 2005 fueron presentadas las renovadas obras de la Escuela N° 7 y también las del Jardín de Infantes. El director de Cultura de la provincia, Mario Oporto y el intendente Hugo Curto fueron los encargados de desatar las cintas inaugurales, ante la concurrencia que desbordó el salón de actos.

Transcurrió más de un siglo desde que la escuela 21 nació en la casona; ya no están los hornos de ladrillo, ni los tambos, ni los pasos de piedra, tampoco los zanjones y la gente que anda a caballo. Donde había una laguna, hoy se luce la plaza.

Aunque sometidos por los vaivenes pandémicos, son centenares los alumnos inscriptos en la escuela pública de Villa Mathieu. Alumnos registrados en la misma página que comenzó a garabatear aquel puñado que cantó el Himno por primera vez en la casa de don Bernardino. Centenares de guardapolvos blancos que nos expresan que aquella página sigue escribiéndose, que la historia, vecinas y vecinos, la historia continúa.

NdeR: Agradecemos la colaboración de la docente Beatriz Ramírez para la realización de esta crónica.