Supieron ser parroquianos del bar almacén de don Ramón Cobas que abrió sus puertas allá por el año ’44, en la esquina de Sabattini (antes, Giles) y Rauch, construcción que, salvo algunas modificaciones, todavía mantiene en su fachada los rasgos arquitectónicos de antaño.
El lugar – además de oficiar como despensa – tenía un par de mesas y sillas donde los habitués se prendían en furiosas partidas de truco. Es más, los atorrantes se ofrecían solícitos para hacer los mandados hogareños con el objetivo de tener una excusa para empinarse una ginebrita, encontrar algún amigo y un mazo dispuesto para barajear.
Cada tanto, entraba alguno de sus hijos para avisarles: “Pá…dice mamá que vengas a casa de una vez porque la comida se enfría”.
A fines de 2018 (foto), algunos de aquellos muchachos, se reunieron en el conocido Sheraton de Caseros (Restaurante Ideal, Sarmiento, entre Belgrano y Moreno) para rememorar aquellos tiempos que, al parecer, guardan entre sus recuerdos entrañables.