Corre el verano de 1948. De traje, tres hombres ingresan en la iglesia ubicada en Uruguay (actual La Merced) entre General Paz (actual David Magdalena) y avenida San Martín.
Los recién llegados se topan con el siempre diligente Horacio Tedesco, colaborador de la iglesia. Le preguntan por el cura párroco. Tras contactarlos, Tedesco se quedó rumiando: «¿De dónde conozco a este tipo?…¿De dónde lo conozco?».
La respuesta le llegó al rato. Tras despedirse de los visitantes, el párroco Juan Garzía Savio se acercó a Tedesco y le dijo con cierta excitación: «Che, Horacito, sabes quiénes son ésos… ¡son artistas! pidieron permiso para filmar una película».
Medio siglo más tarde, recordó Tedesco cuando lo entrevistamos: «El hombre que me parecía conocido era Santiago Arrieta».
Semanas más tarde del encuentro entre el párroco y los artistas, la calma pueblerina de Caseros se sacudió por el inusual arribo de aparatos llamativos. Nuestro barrio había sido elegido para filmar parte del film «Pelota de Trapo», película que con el correr del tiempo, se convertiría en hito de la cinematografía nacional.
“En una escena de la película se ve a dos chicos que suben a un árbol para robar higos y son sorprendidos por Santiago Arrieta que interpreta al párroco… bueno, esa higuera era de la familia Yañez y en ese momento se rumoreó, cosas del pueblo, que los productores de la película habían pagado una fortuna para comprarles la higuera” (Ana de Ferrari, vecina de avenida San Martín y La Merced).
«Habrán estado dos semanas filmando la película. Recuerdo que una tarde vino Malvina Pastorino y la filmaron, pero esa escena no aparece en ‘Pelota de Trapo’… tal vez fue para otra película” (José Ferrari, cuñado de Ana).
Algunos vecinos recuerdan también a Armando Bo – productor y protagonista – junto a su esposa y sus hijos paseando por Caseros; por supuesto, mucho antes de enredarse en los fuegos de Isabel Sarli.
El inicio del film sitúa su argumento en Caseros, sin nombrarlo. Imágenes de la iglesia Nuestra Señora de La Merced muestran el desaparecido alambrado que la separaba de la vereda. Una artística reja marcaba la entrada principal. También se observa el interior del templo. Además hay imágenes del recordado almacén «El Cañón» que durante mucho tiempo estuvo ubicado en David Magdalena y La Merced.
“Era un almacén grande, una edificación antigua de grandes ventanas que ocupaba toda la esquina. Tenía otra entrada para el despacho de bebidas. Por David Magdalena, estaba la cancha de bochas que era muy concurrida”, (Alfredo Defino, vecino de la calle La Merced).
“En la película se ve que una nena le pide al almacenero ‘cinco de yerba y cinco de azúcar’. Esa nena es Mirtha De Simone, mi sobrina. El dueño del almacén, en esa época, era don Ricardo Lombi. Yo incluso conocí al dueño anterior Primitivo González“, (Alberto De Simone, vecino de la calle David Magdalena)
«Otro de los vecinos que aparece en la película es don Gioia, un hombre que vivía en la calle Mitre», (José Ferrari).
Cada día de filmación fue seguido con mucha curiosidad por los caserinos que observaban casi con veneración el trabajo de los protagonistas de «Pelota de Trapo».
«Una de las escenas la filmaron cerca de las vías y Lisandro de la Torre, me acuerdo bien porque le pedí un autógrafo a Armando Bo», (Maria Brianti, farmacéutica de Lisandro de la Torre y Mitre).
«El día que más gente presenció la filmación fue cuando llamaron a los bomberos para que echaran agua y simularan una lluvia mientras Comeuñas’(personaje principal) entraba a La Merced y pedía por un amiguito enfermo”, (Alberto De Simone).
«Esa parte siempre me llamó la atención porque antes de entrar en la iglesia, ‘Comeuñas’ aparece corriendo por una calle adoquinada y, que yo recuerde, La Merced siempre estuvo asfaltada», (Horacio Tedesco).
Es probable que esta escena que confundía a Tedesco estuviera tomada sobre avenida San Martín. Algunos veteranos del barrio precisan que algunos fragmentos de la película fueron filmadas en Villa Alianza, Palomar e, incluso, en la recordada ‘Excavadora’ Pero esta información no pudimos ratificarla. De hecho, concurrimos al Museo del Cine a buscar datos sobre la película y en los apuntes se informa que parte de los exteriores se filmaron en Avellaneda. Nada se dice sobre Caseros.
“Yo también aparezco en un pantallazo cuando ‘Comeuñas’ cruza la calle La Merced y yo, que estoy acompañado por unos muchachos, hago que le pego una palmada como para que se deje de molestar. Los muchachos que están conmigo eran de la barra del club ‘9 de Julio’ : Roberto Garbelli, Julito Tomasini …” (Alberto De Simone).
Así como llegó, un día la magia del cine se fue de Caseros. Ya no hubo reflectores, cámaras, vestuaristas, maquilladoras ni tampoco artistas. La calma regresó al barrio y tanto la parroquia La Merced como el almacén «El Cañón» recobraron la pausa de siempre.
Con éxito arrasador, «Pelota de trapo» se estrenó el 10 de agosto de 1948, en el ‘Metropolitan’ porteño. Semanas más tarde, el cine Urquiza, en Caseros, se completó largamente con vecinos ansiosos de ver la película que muestran imágenes tan cercanas.
“Esa noche cortaron el tránsito por la gente que se agolpó en el cine… incluso, tuvieron que pedir sillas a la pizzería de enfrente para ponerlas en los pasillos de la sala”, recordó Tedesco.
El diario La Nación en su sección de crítica cinematográfica, la definió de un modo sintético y genial: “Un potrero en primer plano”.
Una revista inglesa especializada en cine afirmó que “Por primera vez en la historia del cine argentino, es mostrado un fragmento de la vida real en la pantalla, y el resultado es tan refrescante como un trago de agua fresca en un día de calor