Fue en la madrugada del 26 de abril de 2018. Carlos Fabián Manduca, de 49 años, aguardaba a que llegara el vehículo que cada día repartía los matutinos y revistas.
Hacía apenas dos meses que Carlos había adquirido el puesto de ventas de diarios y revistas ubicado en Mitre y Esteban Merlo (el mismo quiosco que durante décadas había atendido el recordado Puli Dellepiane).
A pocos metros, Carlos había dejado estacionada su camioneta utilitaria, con la que cumplía el reparto a sus clientes.
En la cámara de un negocio cercano quedó grabada su figura, apoyada sobre un poste, mientras esperaba que arribara el repartidor de diarios.
También, quedó registrada la violenta secuencia inmediata: dos individuos que caminaban por avenida Mitre, lo amenazan con la intención de asaltarlo. Carlos- quien había pertenecido de la Policía Federal – forcejea con uno de ellos. En medio de la disputa, el diariero cae en plena calzada y se ve como uno de los delincuentes lo ejecuta de un balazo. En la escena, también se observa la aparición de un tercer cómplice. Tras consumar el crimen, se apoderan de los efectos personales de la víctima y emprenden la fuga en su camioneta.
Carlos era integrante de una tradicional familia de diarieros de la zona céntrica de caseros.
Su padre – Juan Carlos Manduca (82) – hace más de seis décadas que inauguró el puesto que se levanta en Alberdi y Lisandro Medina, frente al Edificio Municipal.
Esa dramática mañana, Juan Carlos Manduca relató cómo se enteró del crimen de su hijo: “Yo estaba en mi parada de diarios para recibir a la gente como todos los días, y vino un patrullero. Me dijeron que habían asaltado a mi hijo en su puesto. Cuando pregunte cómo estaba, me dijeron que muerto… la gente en el barrio me ofrece su ayuda… yo lo que necesito, es la vida de mi hijo”.
La parada de Alberdi y Lisandro Medina también es atendida por otro de sus hijos, Marcelo, quien señaló que su asesinado hermano tenía cuatro hijas, la menor de ocho años.
“Cómo le explicás a este angelito… el padre era su vida”, manifestó. Y agregó: “Es una locura lo que está pasando”.
Con pocas horas de diferencia, habían sido asesinados, en nuestro distrito, además de su hermano, otros dos vecinos.
La sucesión de crímenes sacudió al vecindario que impulsó una convocatoria para exigir seguridad, frente al Edificio Municipal. Durante la manifestación – que se llevó a cabo en la tarde de ese dramático jueves 26 de abril – se pidió por justicia, por seguridad y se escucharon numerosas exclamaciones de vecinos lamentándose por la devastadora repetición de episodios delictivos.
Luego, los manifestantes marcharon en caravana por la calle Alberdi, cruzaron el túnel que atraviesa las vías del ferrocarril y concluyeron la protesta en la esquina de Urquiza y avenida San Martín.
Los tres delincuentes que participaron en el asesinato fueron detenidos.