Diez años pasaron ya desde que recibimos la presente carta.
Sus firmantes la titularon “MUCHAS GRACIAS, MAMÁ DORA Y PAPÁ OSVALDO”. El texto informa que la imagen fue tomada “en Caseros, en julio de 1951“.
También detalla que “ese techo que se ve de fondo pertenece al chalet de la familia Baldessari (3 de Febrero al 2800), en la entonces empedrada calle 3 de Febrero, casi Moreno, aun en pie aunque disimulado por unos locales comerciales”.
Además indica que “la fotografía es en la terraza del Registro Civil que estaba enfrente, al lado de la tienda “El Asombro”, del cual nuestra abuela Elba era la casera. ¿La pareja que camina feliz?: papá y mamá, Osvaldo Rossi y Dora Lamponi. Ese día de 1951, Osvaldo se levantó en su piecita del fondo y se dirigió hacia la cocina donde la abuela preparaba el desayuno para él y para los empleados del Registro Civil… pero con la diferencia que, en esta oportunidad, Osvaldo iba a pasar al salón del frente, bien empilchadito, para rubricar su propio casamiento”.
Cuenta la carta que “Dora y Osvaldo estaban de novios desde muy jovencitos. Se habían conocido en el viejo club Unión de Caseros, ubicado en la esquina de Moreno y General López (actual San Jorge). Dora, quien ese día cumplió veinte años, había perdido a sus padres y debió quedarse a cargo de sus hermanos menores – Osvaldo, Lydia y Delia – y, también, del abuelo Pedro. Tras el casamiento, todos juntos se fueron a vivir en Cafferata y Pringles (¡qué regalito eh !). Con el tiempo, se mudaron a San Martín, pero son caserinos de alma y nos transmitieron ese amor por Caseros, lugar en donde vivimos y también amamos. Nuestros tíos se fueron casando y formando sus propias familias”.
Esta carta que fue remitida a Caseros y su Gente en 2014 – rubricada por Sergio, Fabiana, Laura y Guido Rossi – concluye así: “Hoy, a 63 años de esta fotografía, les queríamos rendir este pequeño homenaje y decirles que todo el sacrificio que hicieron, durante tantos años, tiene su fruto en nosotros, hijos, nietos y bisnieto, vuestra familia, que los ama con toda el alma y les dice gracias por toda una villa llena de buenos ejemplos. Ustedes nos dejan LA MEJOR HERENCIA: SU DECENCIA. ¡Gracias y muchísimas felicidades en este nuevo aniversario!”.