Fundada en 1977, era un clásico de los veranos en Caseros.
Abrió sus puertas en un pequeño local de Urquiza al 4700, casi esq. San Martín. En aquellos tiempos se codeaba con el bar de Pipo y entre sus primeros usuarios seguramente figuraban los vecinos del todavía flamante Edificio Torre, inaugurado en 1973.
Cuando Verona se trasladó al espacioso local de av. San Martín y Belgrano consolidó su popularidad por la calidad y sabor de sus productos artesanales.
Vecinos de localidades aledañas y hasta de CABA se fueron sumando a la múltiple clientela lograda en Caseros. Incluso, esta notoriedad convirtió a Verona como punto de referencia del barrio.
La heladería – que estaba a cargo de Andrea Viviana y Marcelo Hugo Iácono, hijos del matrimonio fundador – abría cada temporada en septiembre y el período de venta se extendía hasta poco más allá de las Pascuas.
Sorprendió que este septiembre Verona no levantara sus persianas. Desconocemos el motivo; sí, sabemos, que sumará su nombre a la de otros comercios recordados: Ottonelli, Nando, El Asombro, Poi, Regueiro, Rigel, Grimoldi, La Ítalo…
