Continuamos con la presentación de los vecinos distinguidos por la Asociación Caseros Centenaria (ver https://caserosysugente.com.ar/?p=16590

Apenas tenía cinco añitos cuando arribó a Caseros, a una casa humilde de la polvorienta calle Álzaga, donde María, su madrina, lo tomó en sus brazos hospitalarios. Atrás, el pequeño había dejado su Jujuy natal.

A sus 12 abriles, el jujeñito vendía limones por los alrededores de Villa Pineral para juntarse con algunas monedas.

Con un carrito que le regaló un amigo, se animó a ofrecer su mercadería en la estación y los alrededores. Años ’50, tiempos del Tren Lechero, el Bar Pampa, la cancha del Jota sobre la calle Kelsey y la hoy plaza principal apenas un conglomerado  indeciso, lleno de galpones.

Al preciado carrito lo guardaba en el almacén de Biale (actual Panquequería Carlitos).

Más adelante, trabajó en el Mercado Cafferata y en la carnicería de Agusti. Fue en los ’80,  que junto a Juan Dutto, inauguró su propia verdulería en Urquiza, casi Andrés Ferreryra.

Fermín ya estaba casado con Alicia Aquino Correa (f.) y vivía en la calle Belgrano, al lado de la biblioteca Alberdi, cuando en 1985 decidió lanzar su propio despacho de fruta y verdura, en la planta baja de su casa.

Por más de tres décadas, el matrimonio, codo a codo, atendió tanto a los vecinos como a los  negocios del barrio… el Yeraton de Caseros, la confitería Baty, El Esquinazo, el club República, eran, entre otros, parte de su vasta clientela.

El norteño y Alicia tuvieron dos hijos – Marcelo y Nora – y cinco nietos: Marcos, Lautaro, Enzo, Martín y Airi.

Tras jubilarse, Fermín Luna (85) se presenta como un hombre inquieto y  se prende en los viajes organizados por centros de jubilados, le gustan las reuniones familiares y, también, salir a caminar por el barrio.