LA HISTORIA DEL MATE QUE SE CONVIRTIÓ EN CURVA
A la cercana esquina de Ferrari y Marconi, cualquier gaucho de estas pampas la conoce como “La Curva del Mate”.
En 1930, dicen los que saben, a la elaboradora de yerba Néctar se le dio por publicitar su producto estrella mediante la construcción en cemento, de un brazo cuya mano enarbola un mate tal como refleja la foto que da vueltas por estos renglones.
El espacio elegido para instalar la escultura fue una punta de los campos que por entonces pertenecían a don Félix Berdón y que se utilizaban para la fabricación de ladrillos y el funcionamiento de tambos.
Cuando las tierras comenzaron a lotearse, Fernando García, el dueño del “Bar del Mate” – centro de tragos y descanso para muchos de los reseros que arreaban hacienda, ubicado sobre la calle Ferrari – le solicitó a los agrimensores que la figura de cemento no se destruyera y fuera colocado frente a su negocio.
Fue a partir de entonces que la efigie se volvió icónica, se transformó en un símbolo y al cruce se lo bautizó como “La Curva del Mate”: hasta para los colectiveros se convirtió en punto de referencia.
El paso del tiempo hizo que la mano se deteriorara y, también, que el mate fuera trasladado a pocos metros, a la esquina de Marconi y Ferrari, donde hasta hoy, vecino/a se muestra en el momento justo justo para ser cebado.