El espacio – ubicado en Valentín Gómez y Caseros, lleva el nombre de quien fuera un muy querido vecino y locutor de nuestro barrio, fallecido el 10 de febrero de 2011.
La plazoleta – enrejada en todo su perímetro – se inauguró con juegos infantiles, plantas, árboles, luminarias y bancos.
El acto inaugural se realizó en la tarde del viernes 10 de febrero de 2012 y contó con la presencia de autoridades de las áreas ejecutiva y deliberativa del municipio, del Consejo Escolar, representantes de entidades intermedias, familiares y amigos de Daniel Moreno (quien residía justo enfrente) y vecinos.
Especialmente, se destacó la concurrencia de una numerosa delegación scout de la compañía Sargento Cabral, quienes lucieron su uniforme y pañuelo característico de colores negro y rojo. Pañuelos similares fueron repartidos entre los demás concurrentes a la convocatoria, quienes se lo calzaron alrededor de su cuello.
Durante el acto, se subrayó el fecundo trabajo de Daniel en pro del scoutismo, desempeño que lo llevó a ocupar un cargo como dirigente de nivel nacional.
Graciela Acuña – esposa de Moreno – tras agradecer al municipio por el homenaje rendido a su compañero de toda la vida, señaló que a pesar de su voz acongojada se consideraba feliz “porque siento que él está aquí…”, mientras miraba al cielo, Graciela, continuó: “Está aquí como estaba en todas las cosas relacionadas con este Caseros que él tanto amaba… él caminaba por acá, por su barrio y estaba feliz”.
Rodrigo Moreno – hijo de Daniel – recordó que su padre “siempre pensó que Caseros era todo y, al igual que mi abuela, me enseñó que lo más importante era tener un lugar de pertenencia y el respeto de la gente”.
Inmediatamente, Aníbal Tuñón, presidente por entonces del Centro de Veteranos de Guerra de Tres de Febrero y ex jefe de la agrupación Sargento Cabral, impulsó entre la concurrencia un “matemático” (saludo scout) en homenaje a “quien fuera nuestro compañero, amigo y hermano”.
Por último, el ex intendente Hugo O. Curto evocó la personalidad de Daniel destacando su amor por el barrio y también su buena disposición para todo lo que sea en beneficio del municipio. También, recalcó su enorme entereza para enfrentar la enfermedad que se lo llevó para siempre.
Tras cortar las cintas inaugurales, los concurrentes ingresaron al flamante predio. Mientras se descubría una serie de placas, dos niñas, ajenas al protocolo, corrieron rápidamente y ocuparon dos hamacas. Seguramente, desde algún lugar, Daniel estaba sonriendo.
En la actualidad, la plazoleta (que se presenta algo descuidada) se encuentra remodelada para uso especial de chicos autistas y con capacidades diferentes.