En 2006, Rubén Herrera, quien por entonces tenía 51 años y cuidaba autos en los alrededores de Alberdi y Murias, escribió esta nota que publicamos en Caseros y su Gente. Desconocemos lo que es hoy de la vida de Rubén. Pero aquella nota – que encontramos revisando nuestro archivo – la consideramos tan latente como entonces. Acá la compartimos…
“El problema que me afectó de nacimiento se llama espina bífida; como consecuencia, se fracturó mi columna. Quedé condenado, de por vida, a la cama o a la silla de ruedas. Mis padres no se resignaron a esa condena e hicieron todo lo posible para que pudiera caminar, aunque fuera con bastones. Me inculcaron la fuerza de voluntad y que jamás abandonara la lucha por superarme. Que tuviera fe, esperanza, que todo es posible si uno tiene voluntad. En mi estado, si bajo los brazos me lleva la corriente… y no me puedo dar ese lujo.
“De chico aprendí música, soy profesor de música; más adelante, aprendí joyería y relojería. También hice un curso de locución y periodismo. Nunca fui un quedado.
“Nací y vivo en Podestá. La vida me golpeó varias veces; incluso, económicamente. Trabajaba cómodamente como joyero relojero en mi propio local pero, en el ’86, me fundí. De tener un negocio pasé directamente a la calle, a cuidar autos por la propina. Al principio, lo hacía en San Martín pero cuando se privatizó el estacionamiento en las calles, a las personas mayores y los discapacitados nos corrieron. En nuestro reemplazo, pusieron a pibes que después utilizaban para pegar afiches partidarios. Me vine para Caseros y aquí estoy, desde hace diez años, cuidando autos en Alberdi y Murias. A veces hay días buenos, donde consigo buenas propinas, y otros más o menos.
“Vivo en pareja desde hace dieciséis años. La discapacidad es una dificultad para relacionarse solamente si se mira lo externo. Lo mejor de uno está adentro. Hay gente que no tiene problema alguno pero que apenas le surge algún inconveniente se ahoga en un vaso de agua. A esa gente le aconsejo que piense que más adelante será mejor… a mí, me dio resultado.
“Los lunes a la noche, con mi amigo Roberto Lozano, tengo un programa de radio – Románticos en la noche – por FM Podestá. Hace unos años, tuve otro programa, El Club del Encuentro, encaminado totalmente al problema de la discapacidad. No lo pude continuar por falta de avisadores pero a raíz de ese programa se creó la asociación Nueva vida por una Sociedad Mejor orientada a la temática de las capacidades diferentes. Alguna vez presenté el proyecto de un programa, en un canal de cable, pero al carecer de buena imagen me lo rechazaron “por falta de espacio”.
“Los discapacitados somos muy discriminados por la sociedad, en todos los aspectos. Por eso es que desde la asociación, en la que ejerzo el cargo de presidente, tratamos de capacitarlos y a que aprendan a defender sus derechos.
“Mi sueño es tener una emisora donde se difunda todo el tema de la discapacidad. Hay leyes que favorecen al discapacitado pero no se cumplen porque no están debidamente difundidos. Por ejemplo, una ley dice que, en la administración pública, se debe tener, como empleados, a un cuatro por ciento de personas con discapacidad. No se cumple. Yo fui a pedir trabajo a la Municipalidad de Tres de Febrero y me lo negaron. Y sé que esa ley no se cumple.
“A mí me gusta mucho el periodismo y por eso quiero tener una emisora que se enfoque en el tratamiento de estos temas porque la mayoría de los medios no se ocupan de difundirlo. Parece un sueño pero lo voy a conseguir”.