Fue en la mañana del jueves 17 de junio de 1993. Virginia Beatriz Freire, acompañada por sus tres hijitos (5, 3 y 2 años), se dirigía en un remis al Jardín de Infantes Nº 926 (Spandonari, entre Parodi y Rebizzo), donde ejercía como directora.
Se señaló que un tren del ferrocarril Urquiza arrolló el auto de alquiler en el que viajaban cuando el conductor intentó, en las cercanías de la estación Villa Bosch, cruzar las vías, a pesar de las barreras bajas. Perecieron los cinco: la docente, sus tres hijos y el conductor.
Virginia – quien tenía 35 años – había asumido pocos meses atrás el cargo de directora del por entonces recientemente creado Jardín de Infantes Nº 926 (Villa Mathieu), establecimiento impulsado por la Escuela Nº 7 y, entre otros, por la maestra Marta Grillo.
Virginia Beatriz Freyre – que en su breve paso por el Jardín se había ganado el aprecio de todos – estaba casada con Miguel Benítez, quien esa dramática mañana, perdió a toda su familia.
Sus compañeras de Jardín escribieron, entre otros comentarios, que “tus horas, tus días, tus minutos, los viviste para el JARDIN (…) tenías nuevos proyectos y debiste correr para hacer trámites y vencer tu timidez para pedir ayuda. Nos mostraste tu valentía para enfrentarte todo los días a la gran experiencia de servir pensando solo en crear un hermoso JARDIN DE INFANTES… De las dos salitas con que comenzaste, lograste formar dos más y ahora que iniciabas la restauración del propio edificio… una barrera… un tren y un absurdo minuto fatal quiso que todo se acabara.
“Esa mañana, como tantas otras, venías junto a tus tres hijitos y aunque se lo reprochemos a Dios, Él quiso que fuera así que tres angelitos partieran junto a su mami al cielo.
“Dejaste un vacío muy grande para tu esposo y toda tu familia, pero también dejaste un vacío inmenso en la Escuela Nº 7…
“Se nos hace duro esperar la entrada de los nenes del Jardín y no verte cuando con tu dulce voz les cantabas el buenos días… “Llegaste como una paloma llena de paz y, desplegando dulzura, te fuiste llevando contigo tus tres hermosos Matias, Yamila y Celeste.
“Desde el cielo sabemos que en cada anochecer, cuando comienzan a brillar las estrellas, entre ellas tú nos veras. Guiarás a la que te suceda como directora y jamás olvidaremos tu breve pasar por la ESCUELA Nº 7. Fuiste como un suspiro, pero que nos enseñó cuánto hacemos por los demás, olvidando tal vez lo importante que somos a cada instante…
“VIRGINIA, siempre te recordaremos con profunda emoción y respeto”.
Tus compañeras de la Escuela Nº 7