Cuando éramos niños / los viejos tenían como treinta / un charco era un océano / la muerte lisa y llana no existía
Cuando muchachos / los viejos eran gente de cuarenta / un estanque era océano / la muerte solamente una palabra
Ya cuando nos casamos / los ancianos estaban en cincuenta / un lago era un océano / la muerte era la muerte de los otros
Ahora veteranos / ya le dimos alcance a la verdad / el océano es por fin el océano pero la muerte empieza a ser / la nuestra.
En este poema – Pasatiempo – Mario Benedetti recorre las distintas formas de ver las cosas de acuerdo a la edad y los veteranos nos identificamos con el final. El miércoles 26 de junio de 2013, nos dejó Osvaldo Nápoli, querido vecino y comerciante de av. San Martín al 2200, desde la época en que nos conocíamos todos y con mucho entusiasmo nos juntábamos a trabajar por el barrio, en las entidades intermedias como la Sociedad de Fomento de Caseros, a la que perteneció durante mucho tiempo.
Osvaldo era un buen tipo, de muy pocas palabras. En su comercio, rodeado de las fotos de sus nietos, con el vuelto, acostumbraba a darnos la yapa, siempre tenía a mano un sobre de crema, shampoo, o cualquier otro detalle para regalarnos. Tal vez era su forma de mostrarnos afecto.
La legendaria empresa familiar – Perfumería Avenida – lo va a extrañar, como todos los clientes y amigos.
Es que los viejos vecinos son raíz de esta joven historia nuestra y parte activa de ella y están presentes en el legado familiar, como habitante de este rincón del Universo.
Cada casa que tiran abajo, cada amigo que nos deja, nos hace comenzar a vivir nuestra propia partida, la retirada, el tiempo de descuento…
Hasta siempre Osvaldo, te seguiremos buscando en el fondo del local perfumado y luminoso.
Nos cuesta entender que ya no estás, o quizás, sigas ahí.
NELLY QUINTÁS
NdeR: Osvaldo Nápoli – quien residía en av. San Martín, entre Alberdi y Sabattini, estaba casado con Mila (foto). El matrimonio tuvo dos hijas – Graciela y Claudia – y cuatro nietos: Paula, Ezequiel, Carolina y Matías.