Nos topamos con esta imagen de la calle Fischetti 4556, entre Rauch y Perdiguero, publicada en “Argentina de Antaño”.
La foto fue tomada “en casa de mi tía, junto al burrito que me compró. Recuerdo que años después seguía pasando el vendedor en una estanciera cargada de estos enormes muñecos”, describe ese niño – quien se presenta en las redes como Ale GW – y que hoy circula por sus 55 abriles.
En los numerosos comentarios que generó este post se subraya la carita y la postura del pequeño… (“Qué foto tan dulce y hermosa”, se repite)… también, el recuerdo de esos muñecos que tanto podían ser burritos, caballos, jirafas, perros o bambis. Y podían ser rojos, negros, azules, naranjas o amarillos.
Los vendía la empresa «El Bambino», señaló una vecina. Y sumó: “Estaban rellenos de tergopol aglomerado (bolitas) y se pagaban x mes o semana…”.
“Tuve ese burro de chica, mi mamá lo tenía en una bolsa para que no se arruinara…”, subrayó otra señora quien indica que los muñecos estaban confeccionados con paño lenci y que el que acompañó su infancia era negro con manchas blancas.
LA CASA DE LA CALLE FISCHETTI
Quienes se encontraron con la imagen también destacan que “me encantan esas puertas… y estilo de casa”.
Vivienda que quedó deshabitada “cuando falleció mi tía, luego vivieron unos inquilinos antes de que fuera vendida y demolida”, acota Ale GW.
Y evoca: “En el fondo había un árbol de kinotos y otro de paltas grandes como berenjenas. Era una casa muy especial para mí porque mi tía era como mi segunda madre. Cuando ella falleció cada tanto iba a la puerta de la casa y me quedaba unos minutos mirando el frente y recordando mi infancia y adolescencia”.
Añade que a la casa de su tía, la casa de la calle Fischetti, él concurría “todos los fines de semana”.
Una señora admite como al pasar: “Las cosas más simples son las más importantes en la vida y solemos no darnos cuenta a tiempo”.